Tratamiento de lesiones medulares con acupuntura
Venía hace unos días en la primera página de un periódico la foto de la triatleta Eva Moral sentada en una silla de ruedas. En el interior había un artículo que la describía como un ejemplo de actitud positiva y constancia, ya que a pesar de su situación (se quedo parapléjica a raíz de un accidente de bicicleta), no ha perdido el buen humor y ya está haciendo planes para participar como atleta paralímpica en la olimpiada de Río 2016.
Cuando estuve estudiando en China, en la última semana hice prácticas en un hospital de acupuntura especializado en accidentes cerebrovasculares y lesiones medulares. Todos los días traían a una chica que se había quedado tetrapléjica por una lesión cervical, producida en un accidente de bicicleta. La tumbaban boca abajo y el médico pinchaba puntos situados en los laterales de la columna entre las vértebras, los Hua Tuo, conectando los electrodos del electroestimulador en sitios diferentes cada día, dejando que actuasen una media hora aproximadamente, para estimular la médula espinal y la musculatura paravertebral.
Desconozco los detalles exactos del caso ya que no había forma de que el médico soltase prenda, le preguntases lo que le preguntases acababa hablando de lo que le salía de las narices, era desesperante. Tan solo estuve una semana en esa clínica y no sé cómo evolucionó la chica.
En China estas prácticas son algo frecuente, nos llevan una gran ventaja en muchos campos, incluso disponen de electro estimuladores secuenciales que aquí ni siquiera se venden. Ellos inician el tratamiento lo antes posible tras estabilizar la lesión, al parecer con resultados satisfactorios, aunque lamentablemente no dispongo de datos clínicos que confirmen si son recuperaciones completas o parciales.
A mi regreso le comenté el caso a uno de mis profesores, Ricard Semis, y me dijo que hace años habían tratado un par de pacientes con lesión medular en la clínica de la escuela, una mujer y un hombre.
La mujer tenía una parálisis de los miembros inferiores originada por una sección total de médula espinal a nivel lumbar, confirmada con un scanner, producida por un traumatismo en un accidente de tráfico. Venía todas las semanas, uno o dos días, a tratarse con acupuntura. El tratamiento consistía en lo siguiente: punción bilateral de los Hua Tuo directamente superior e inferior a la vértebra lesionada, que se estimulaban con electro acupuntura, intercambiando la polaridad cada cierto tiempo para estimular tanto los nervios motores como los sensores. También se pinchaban en tonificación, en algunas ocasiones con electro, diferentes puntos de los meridianos de Estómago, principalmente en las piernas, y de Intestino Grueso y se tonificaban todos los puntos pozo de las piernas.
Además de las sesiones de acupuntura, recibía también sesiones de fisioterapia, iba a ejercitarse a una piscina, y su marido le había montado unas poleas sobre la cama para que pudiese hacer ejercicios en casa por si misma. Fue tratada durante meses sin resultados apreciables, hasta que un día sorprendió a mi profesor diciéndole que ¡empezaba a tener sensibilidad en los dedos de los pies!
A los nueve meses de iniciar el tratamiento ya comenzaba a caminar ayudada de muletas. En ese momento se fueron a vivir a otra ciudad, por lo que dejó de venir a la clínica, aunque expresó su voluntad de seguir con el tratamiento en su nuevo lugar de residencia.
En este caso fue de vital importancia la rapidez con la que se inició el tratamiento, aproximadamente un mes después del accidente, la acción conjunta de todas las terapias (estimulación energética más tonificación muscular) y lo más importante de todo, el apoyo incondicional de su marido que la animó a continuar en todo momento, ya que ella se mostró desmoralizada y dispuesta a abandonar en algún instante.
El otro caso, el del hombre, es parecido aunque con un final bastante diferente. Después de un largo periodo también sin resultado, apareció un día por la clínica diciendo que dejaba el tratamiento. Según explico él, por la mañana cuando se lavó la cara, le cayó agua en una pierna y pudo sentir lo que para él fue una sensación desagradable.
Cuando se recupera la sensibilidad de una zona afectada por una parestesia, lo primero que puede reaparecer es la sensación de dolor, y no todo el mundo esta dispuesto a pasar por eso.
Hubo otros casos que fueron tratados sin ningún resultado destacable, bien por ser lesiones demasiado antiguas o por desmotivación y abandono del tratamiento, debido a la tardanza de resultados.
Me sigue sorprendiendo que en este país, este tipo de procedimiento no sea una práctica que, si no de uso frecuente como en China, por lo menos se utilice de un modo experimental en centros especializados en este tipo de lesiones en casos en los que el paciente, de forma voluntaria, esté dispuesto a someterse al tratamiento. Con los avances tecnológicos de que disponen hoy en día la mayoría de hospitales, (algunos quirófanos parecen la cabina de mando de una nave espacial), es curioso que no tengan y utilicen un electro estimulador de acupuntura, aparato que vale poco más de 200 euros, ofreciendo la silla de ruedas como única alternativa posible.
Por otro lado, es perfectamente comprensible que no haya mucha gente dispuesta a someterse a un proceso tan largo y caro, sobre todo si lo pagan de su bolsillo, con unos resultados siempre inciertos que ponen a prueba la paciencia y la moral del afectado.
No hay ninguna forma de asegurar el éxito del tratamiento, especialmente si la lesión es antigua, la rapidez de acción es primordial. Parece ser que la estimulación eléctrica de la médula, si bien no repara el daño, estimula la creación de "puentes" que pueden unir el tramo afectado, por lo que es importante que el tejido de la médula no se haya fibrosado todavía, y la musculatura no se haya atrofiado.
Yo no tengo ningún tipo de experiencia personal en el tratamiento de este tipo de lesiones, así que aunque escribo "de oídas" (los casos citados están documentados en la clínica de la escuela), está claro que es un tema que merece ser investigado a fondo, ya que abre un camino de esperanza para muchas personas que, tras sufrir un accidente, ahora mismo no disponen de soluciones alternativas.