Clown para la vida

Como un paseo por el bosque, donde las ramas de los árboles hablan por sí solas, al son del sabio viento, poniendo blanco sobre negro, lo que al pensamiento ocupa, para poco a poco desaparecer por senderos que no vienen dibujados en los mapas, dejándose sorprender por el goce de sentir no tener que reclamar nada, tan solo saberse parte de todo, llenarse de la belleza que desprende, disfrutar el derecho legítimo a pertenecer a este efímero momento, respirando, en sintonía con todo mi ser y con mi entorno, y entonces, una mirada a un público hasta hace bien poco desconocido, y al que ahora, comparto mi verdad, la que mi cuerpo sabe, conectado a este presente.

Si algo caracteriza los valores y sabiduría del arte de ser payaso, es su capacidad para vivir siempre en el aquí y ahora. Cuerpo, mente y emoción al servicio de la escena. Una especie de hormigueo gustoso recorre todo mi cuerpo, dispuesto y abierto como herramienta perfecta. Conectado con todo lo que me pasa con lo que ocurre, con el placer del juego y mi creatividad, para mostrarme desde aquí auténtico y libre, atravesando los miedos y exigencias de mi mirada interna y permitirme SER.