Educación sistémica: Los órdenes que aportan bienestar
Dirigido a todas las personas que quieran ampliar la mirada en si mismas para aplicarlo en su vida personal y profesional.
Detalles del evento
¿Qué trabajarás?
- Conocer la aportación teórica y metodológica de Bert Hellinger.
- Trabajar las tres órdenes del amor aplicados a la vida cotidiana.
- Tomar consciencia de los órdenes y desórdenes de los sistemas.
- Ubicar y ordenar la propia persona en su sistema familiar.
En este taller, denominado “Educación sistémica: los órdenes que aportan bienestar” descubrirás los órdenes del amor. Los órdenes del amor son la base del trabajo de Bert Hellinger, creador de las Constelaciones Familiares, y nos muestran el lugar que nos corresponde en cada sistema en el que interactuamos: familia, trabajo, pareja... Cuando nos situamos en el orden que nos corresponde dentro de nuestros sistemas, obtenemos bienestar y tomamos mayor conciencia en todas nuestras relaciones.
Una metáfora para comprender qué son los órdenes del amor es la del agua y la vasija: la vasija contiene al agua, el orden contiene al amor. El amor sólo puede crecer y prosperar en el marco de un orden.
Bert Hellinger definió a las Constelaciones Familiares como una terapia que “ordena” al sistema familiar, de acuerdo con tres principios básicos:
- El derecho a la pertenencia: Todos pertenecemos al sistema, de manera que cuando hay algún excluido en la familia surge un desequilibrio, que necesita ser restaurado.
- El Equilibrio: La vida se sustenta en el dar y en el recibir.
- Desde la nutrición, sobrevivimos porque nuestros padres o cuidadores nos dieron mucho. Nos mantenemos sanos y fuertes porque también intercambiamos de una manera que nos hace bien.
Una frase Bert Hellinger que ilustra este orden es:
La felicidad en una relación depende de la medida en que se da y se toma. Cuanto mayor sea el intercambio... más profunda es la felicidad.
Bert Hellinger
Este orden del amor refiere al equilibrio entre “dar” y “tomar” que, al igual que el tiempo, siempre fluye hacia delante. Por ejemplo, los padres “dan” la vida a sus hijos, y los hijos “toman” la vida de sus padres. Esta relación es la única que quedará siempre desequilibrada, porque los hijos nunca podrán devolver a sus padres el regalo de la vida. Lo único que pueden hacer, es tomar su vida y hacer algo bueno con ella.
Este orden nos dice que cuando un miembro de la familia “da” demasiado o, al contrario, cuando alguien “toma” algo que no le corresponde, esto genera un desequilibrio que puede tener consecuencias en toda la red familiar, ya que habrá una tendencia a reclamar este acto.
La prioridad de los anteriores: Todos estamos más tranquilos si asumimos “nuestro lugar” dentro del sistema. Lo que ayuda es que cada quien esté en el lugar que corresponde, tan simple como que los padres estén en el lugar de los padres, y los hijos en el lugar de los hijos.
Se trata de un taller vivencial, donde a partir de una explicación teórica se realizarán diferentes dinámicas para integrar y experimentar la información recibida.