¡Hola!, veo que por aquí todos tenemos la impresión de que el TDA/TDAH es un diagnóstico que no siempre está del todo claro. Estoy de acuerdo con Sergio en que a veces se diagnostica a la ligera y, lo que es peor, se medica a niños que al menos durante toda su etapa escolar mantendrán la medicación. El primer problema viene con la evaluación, a día de hoy no se ha conseguido diseñar un protocolo de evaluación verdaderamente fiable que permita hacer un diagnóstico certero. Algunos de los problemas son que subjetividad de los cuestionarios para padres y profesores, o que no siempre hay hallazgos significativos en las pruebas neurológicas.
Por otra parte, respecto a la propia conceptualización del trastorno me inquieta especialmente que creo que no siempre se tiene en cuenta que a igual sintomatología puede haber diferentes causas, lo que condiciona totalmente el planteamiento que se haga posteriormente para la intervención. Como dice Olga, cada tratamiento tiene que ser único y totalmente personalizado.
Últimamente me he estado especializando en el tema del trauma y cada vez soy más consciente de que con bastante frecuencia los problemas de atención, e incluso la hiperactividad, pueden venir por traumas no resueltos (Olga también lo comenta, por conflictos emocionales). De hecho es bastante obvio que en la consulta cuando la persona (niño o adulto) consigue superar sus traumas su capacidad de atención aumenta y así como su arousal de base (su activación psicofisiológica) disminuye significativamente. Está más que probado que los traumas conllevan una huella neurológica, una hiper o hipoactivación, y que producen dificultades en el procesamiento de las experiencias que realizamos a tres niveles: racional-cognitivo, emocional y fisiológico. Por lo tanto, tiene bastante sentido pensar que un niño o un adulto con traumas no superados puede mostrar síntomas tanto de déficit de atención como de hiperactividad, sin que la causa sea el TDA/TDAH.
Como apunte, aclaro que cuando hablo de traumas no sólo me refiero a "grandes traumas" sino también al trauma entendido de una manera más amplia, como puede ser problemas de vínculo con un padre o una madre que persisten en el momento actual o que no han quedado bien resueltos.
Sobre el tema educativo, seguro que Sergio puede opinar más y mejor, veo que en la facultad se aboga por el diagnóstico del TDA/TDAH. Mi experiencia es que hoy en día no se ha conseguido implantar una pedagogía que invite a que el alumno se motive y se implique. El sistema educativo sigue siendo muy rígido a la hora de enseñar, sin contemplar que cada alumno tiene sus propias características e intereses. Una pena la verdad.
Para terminar, me sumo a lo que comentáis, estoy de acuerdo en que sí hay casos de personas que realmente tienen en origen una disfunción neurológica. Para mí es importante en algunos casos contar con la opinión de un neuropsicólogo de confianza, a veces la causa va más allá de los problemas emocionales y es necesario hacer otro tipo de intervención. Otra cosa es que en la actualidad se está sobrediagnosticando en el TDA/TDAH.
Espero no haberos aburrido con el rollo que os acabo de soltar, me parece un tema apasionante y me resulta complicado condensarlo sólo en unas líneas. Agradezco mucho vuestras respuestas, me gusta poder compartir con profesionales que no se dediquen únicamente a la psicología
Abrazos,
Andrea.