Entiendo la importancia de la preparación a la concepción, al parto y a la paternidad, tanto para el hombres como para mujeres. Yo misma lo hice y me gustó poder disfrutar de ese momento, poder reflexionar sobre ciertos aspectos y aprender cosas que después me vinieron bien.
Pero a la vez creo que hoy en día a veces se exagera con la necesidad de prepararnos para todo, en lugar de que la vida sea algo más natural.
Por otra parte, parece que los padres competimos por tener el "bebé perfecto", inteligente, emocionalmente equilibrado, creativo...parece que desde que está dentro de nosotras tenemos que hacer al máximo para que nuestro bebé sea un ser humano de pro y super-holístico.
Creo que también debemos pararnos a reflexionar sobre la naturaleza humana, es decir, sobre lo natural de nuestra existencia. Cuando volcamos desde el principio de la vida de nuestros hijos la necesidad de estar siempre pendientes de cómo optimizar su desarrollo armónico, creo que al final caemos en una sobreexigencia que en nada les ayuda.
Yo por mi parte prefiero dejar que la vida fluya y no ser tan intervencionista, me gusta informarme y estoy pendiente del desarrollo de mi hijo, pero sin pasarme.
Besos a todas las mamás y a todos los papás,
Andrea Navarrete (psicóloga en Paideia)
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