Más que crear un botiquín básico, habría que optar por el sentido común. Tienes que llevarte dos tipos de cosas: lo que necesitas habitualmente (medicación, apoyos, etcétera), y lo que te toca por las circunstancias.
Es decir, personalmente lo único que haría es añadir el protector solar. Me da un poco igual lo de los mosquitos, porque si quieren picarte ya puedes echarte encima todo el pasillo de repelentes. En cuanto mires bajo un anillo, una pulsera o la ropa, verás que te habrán picado ahí. Quien prevea cierta torpeza puede añadir el lote de limpieza de heridas, que no va de más.
Sobre el tema de estreñimiento y la tripa floja, sucede que ambas se quitan con buen descanso y tanta tranquilidad como se pueda tener, además de buena alimentación. Por eso, yo no echaría ni laxantes ni astringentes. Hasta donde sé, la mayoría de la gente le echa la culpa al agua del sitio que visitan, así que se puede prevenir con un filtro de ósmosis para el agua.
Echaría, eso sí, un botiquín un poco más curioso. Momentos con mi familia, amigos, pareja y seres queridos en general, que curan lo de adentro. A poder ser, sin andar pendientes de móviles o cámaras. Y ya de paso, tampoco del reloj.
Un abrazo, familia.