No es infrecuente que a lo largo de nuestra vida atravesemos momentos difíciles, incluso que pensemos que no podemos superarlos y que lo que nos ocurre tiene que ver con que algo falla en nosotros, que deberíamos ser de otra manera
Sin embargo, los problemas tienen una dimensión relacional. No son debidos a defectos internos, psíquicos o mentales de la persona sino que están íntimamente relacionados con la forma en que nos relacionarnos con nuestro entorno, con el contexto en el que nos ocurren.
Reducir lo que nos ocurre a un diagnóstico estándar es útil, pero no suficiente, porque las personas somos seres únicos y en nuestra diferencia radica nuestra complejidad.