Como terapeuta, este es el principio o ideal que me impulsa a trabajar con Reiki: desarrollar un trabajo de transformación desde lo más burdo hacia lo más sutil de la conciencia y de la energía, para descubrir nuevas rutas hacia nuestra identidad profunda, que posee todos los medios para mejorar la salud y experimentar la felicidad.
Aquí como en otras disciplinas orientales, la salud y la enfermedad se entienden en términos de armonías y desarmonías. La enfermedad es un desequilibrio energético que va a cursar con unos síntomas definidos.
La salud es un estado energético en el que nuestro cuerpo, mente, emociones y espíritu están bien equilibrados; energéticamente es un estado en el que no hay obstrucción y nuestra energía circula libre y equilibradamente.
Pero además de un flujo rítmico y sin obstrucción, también es condición para un estado saludable, la calidad y armonía de las energías que intervienen en la correcta función fisiológica de los órganos y de los aspectos psicológicos. Para funcionar correctamente, necesitamos suministros de energía que conseguimos del universo, de la tierra y de los alimentos. Cuando este suministro es insuficiente o se ve empobrecido por las condiciones de estrés y el esfuerzo de la vida diaria, aparecen los primeros síntomas de enfermedad que, como un espejo, nos indica que algo en nuestra energía no va bien.
El tratamiento Reiki, consiste en utilizar el Principio Vital del Universo como suministro principal de energía para revitalizar la circulación de la energía personal y refinar su calidad. La finalidad es estimular un cambio fisiológico positivo. El terapeuta coloca sus manos sobre el cuerpo del paciente con un leve y suave tacto. El tratamiento puede ser completo, parcial, o local.
Quien recibe el tratamiento se tumba cómodamente arropado sobre la camilla vestido y descalzo. Reiki trabaja de forma progresiva; "sus efectos son como levantar lentamente las hojas de un finísimo papel hasta que se revela el ser saludable". Por lo tanto, es importante continuar hasta la recuperación completa. Esta técnica considerada sanadora y preventiva no intenta ser sustituto de atención médica reconocida.
La sutileza y sencillez del método proporciona tratamientos eficaces que combinan la canalización de energía a través de las de manos con la aplicación de técnicas corporales de masaje, suaves presiones, limpieza y corrección del patrón energético del cuerpo. Su efecto liberador y enérgico se hace sentir de inmediato .
He recogido tres aspectos importantes de la terapia:
Entre sus muchas aplicaciones Reiki sirve para:
Reiki se puede aplicar a cualquier situación, pues abarca un amplio espectro de la patología humana. Cualquier persona con alguno de estos síntomas o dolencias puede notar los beneficios de Reiki, así como cualquier persona sana que quiera intervenir directamente sobre su salud para mejorar su vitalidad:
Trabajar con Reiki es un proceso continuo a lo largo del tiempo. La frecuencia de las sesiones dependerá del estado inicial de salud o de enfermedad, e irán reduciéndose a medida que se incremente la vitalidad y el estado de salud vaya mejorándose gradualmente.
Las sesiones son generalmente de una hora, aunque a veces se pueden alargar un poco más en función de las necesidades de la persona que recibe el tratamiento.
En dolencias agudas se recomienda recibir Reiki con la mayor regularidad: si es posible, cuatro sesiones seguidas durante cuatro días consecutivos. Las últimas toxinas son las más difíciles de eliminar y, si el paciente tiene una crisis curativa por acción aceleradora de la energía, esta tendrá lugar dos días después de la primera sesión. Tras este tratamiento de cuatro días se puede recibir una sesión semanal y luego una quincenal, hasta la recuperación completa.La duración de la sesión oscila entre 60 y 90 minutos.
Para pedir cita previa: a través de teléfono y/o email.