Entiendo la psicoterapia como un proceso recíproco de orientación personal, autoconocimiento y crecimiento mutuo basado en la interacción personal mediante el diálogo, la comprensión, el acompañamiento, la confianza y la aceptación activa de la realidad. Siguiendo el modelo rogeriano, pretendo posicionarme al lado del cliente a partir de la congruencia, la aceptación incondicional y la empatía.
Creo que desde esta relación positiva y de respeto se puede entablar un diálogo en el que ir incorporando los conceptos de aceptación, activación y flexibilización psicológica necesarios para un afrontamiento más adaptativo de los problemas, y ello sin poner en entredicho los valores centrales de cada persona.
La aceptación se refiere a la capacidad de integrar el malestar como experiencia vital normal; la activación, a la persecución de objetivos valiosos en la vida, a partir de nuestros valores. La flexibilidad psicológica responde a distinguir perfectamente entre la realidad y los pensamientos, recuerdos, sensaciones, emociones, deseos y expectativas. El lenguaje, pensado o hablado, no son los hechos.
El encuadre se basa en sesiones individuales de una hora aproximadamente, de periodicidad semanal, enfocadas como reuniones de trabajo en las que analizar los problemas, mirarlos desde distintas perspectivas y buscar las mejores alternativas disponibles de solución. El precio, desde 60 euros por sesión. También existe la posibilidad de trabajar en pareja o en grupos, dependiendo de las necesidades.