En la actualidad desempeño mi labor como arteterapeuta gestalt humanista y facilitadora de Conciencia Corporal y Movimiento Expresivo, principalmente en asociaciones culturales, ONGs, fundaciones, instituciones sin ánimo de lucro, campamentos arte-terapéuticos de verano para niñas y niños, y estudios de arte.
Desde que inicié mi viaje interior no he dejado de buscar y descubrir. Y mientras me acompañen las fuerzas y la curiosidad continuaré haciéndolo. En estos momentos estoy especializándome en terapia gestáltica aplicada a la infancia y adolescencia en Umayquipa, y en psico-diagnóstico infanto-juvenil en el Instituto de Orientación Psicológica EOS, y en los últimos años, además de graduarme como arteterapeuta gestalt y humanista, me he formado en Psicología Integrativa a través del Programa SAT y el Eneagrama, en Proceso Corporal Integrativo y en Programación Neuro Lingüística (PNL Practitioner por el Instituto Potencial Humano), todo lo cual me ha proporcionado herramientas, que unidas, conforman mi práctica. Cada una de ellas favorece la conexión con, y el desarrollo de alguna de nuestras cuatro dimensiones humanas: mente, emoción, cuerpo y espíritu, permitiendo así alinear e integrar nuestro SER en toda su plenitud.
Nací en Madrid en 1965 y desde muy joven me sentí profundamente atraída tanto por la expresión artística como por los intrincados laberintos de la psique y el comportamiento humanos. ¡Quién me iba a decir que a lo largo de mi vida encontraría la manera de unir estas dos pasiones y convertirlas en mi profesión! Feliz de que así haya sido, aquí os resumo mi viaje...
Comencé mi carrera profesional en el mundo de la educación, y al cabo de un tiempo me di cuenta de que algo -no sabía muy bien qué- no marchaba bien en mi vida: me encontraba inquieta e insatisfecha, y sin idea de cómo salir de aquel lugar incómodo. Empero, como no me conformaba con ese estado, hice aquello que más me seducía en ese momento, que era estudiar psicología, en concreto psicología social. Todo mi afán era poder arrojar alguna luz sobre mi propio funcionamiento psíquico y encontrar salidas a ese desasosiego que me embargaba; además pensé que todo ese conocimiento que adquiriría podría utilizar de paso para contribuir a aliviar el descontento y sufrimiento que detectaba en otras personas a mi alrededor.
Todo el aprendizaje académico resultó ser muy interesante, y verdaderamente abrió las "trampillas" -leído como ventanas, pero también como trampas- de mi mente. Pues descubrí que es nuestra mente la que nos juega algunas malas pasadas. Pero lo que dio un vuelco a mi vida fue que un día, casi por casualidad, topé con el arteterapia gestalt. Al minuto uno quedé cautivada por las realidades que me permitió descubrir acerca de mi paisaje emocional, comportamental y espiritual: al poco pude abrir la pesada compuerta de mi castillo, y al entrar, un mundo que no tenía ni idea que me perteneciera se reveló ante mí. Aparecieron estancias muy luminosas y también oscuras mazmorras, pero soy muy feliz de anunciar que lo que me permitió el arteterapia gestalt fue conservar esa "llave de oro" de mi castillo. ¿Qué cómo sé que es un castillo? Porque lo vi y lo pinté.
Desde entonces me dedico a acompañar y guiar a las personas en el viaje de vuelta a la morada de su Ser.