Este centro le debe su nombre y su existencia a mi maestra, Isabel Leva, que dedicó gran parte de su vida a la Kinesiología, a su investigación, a la formación de algunos kinesiólogos, pero sobre todo a curar a sus pacientes desde la más honesta entrega, desde la vasta sabiduría de su singular espiritualidad, y con el profundo compromiso de sanar.
Son dos nuestras funciones principales, ambas, misiones íntimamente unidas:
Atender a los pacientes, ayudarles a reestablecer el equilibrio y la plenitud del cuerpo y de la mente. Nuestro compromiso es asistir desde la honestidad y la rectitud a quien lo necesite.
Difundir y practicar la Kinesiología que estableció Isabel Leva como propia, así como fomentar la investigación y el desarrollo dentro del campo de la Kinesiología siguiendo los criterios éticos que estableció Isabel Leva en su práctica y docencia.