La hipnosis como herramienta facilitadora del crecimiento personal
Entrevista a la Dra. Esther Costa (Médico, psicoterapeuta e hipnóloga clínica) realizada por Isabel Martínez (Filóloga, editora y cooperante).
Isabel Martínez: Hace unos meses fui por primera vez a tu consulta porque mi fobia a la sangre hacía que me desmayara -entre otras reacciones desagradables- cada vez que tenía que hacerme un análisis (y eso ocurre cada seis meses), y porque no quería sentirme esclava de ese temor irracional. Hoy, cuando mis amigas me preguntan si no me da miedo someterme a Hipnosis, les respondo que es la mejor inversión en mí misma que he hecho jamás. Y eso porque, a pesar de que tras la primera sesión pensé “Esto es sólo una meditación guiada”, mi sorpresa ha sido encontrarme con un mundo entero por explorar en esos “viajes” que se me figuran tan reales.
Dra. Costa: El miedo al trance hipnótico es muy frecuente, pero tú viniste a verme a pesar de todo. ¿Cómo te decidiste?
Isabel Martínez: Sí, fui a verte porque quería experimentarlo y sacar mis propias conclusiones. Pero es cierto que había creído tontamente que tendría que cederle el control de mi mente al terapeuta, y por eso me encargué de buscar a alguien que me inspirara confianza, como tú (por ser mujer, médico y docente, y también por la empatía que me producía el hecho de que hayas trabajado en cooperación internacional).
Dra. Costa: Gracias por tu confianza, ya que es imprescindible para una relación terapéutica. Como digo es frecuente el temor a lo desconocido, asociado a la desinformación que nos ofrecen los shows televisivos o circenses que inducen a que mucha gente crea, como tú misma has mencionado, que la Hipnosis supone perder la fuerza de voluntad y someterse al dictado del hipnólogo. Pero bueno, ya has visto que no es así, ¿verdad?
Isabel Martínez: No sólo he comprobado que no es así, Esther, sino que la Hipnosis me ha abierto a lo grande las puertas de ese universo fascinante que es el subconsciente. Y eso que al recelo del que hemos hablado tenía que sumarle lo que me habían dicho algunos médicos a quienes había consultado: "La hipnosis no sirve para nada. Es un simple parche de la conciencia". ¿Se trata sólo de desconocimiento?
Dra. Costa: Bueno, a pesar de que todavía hay mucho escepticismo basado sobre todo en el paradigma lineal de "Sólo creo en lo que puedo medir", por suerte, cada vez hay más profesionales de la salud interesados en la aplicación de la Hipnosis Clínica. Pero sigue habiendo mucho desconocimiento entre médicos y psicólogos, sí. Mira, te diré que durante la carrera de Medicina la única vez que escuché hablar de hipnosis fue en una asignatura llamada Historia de la Medicina. En ella nos hablaron de la "hipnosis mesmérica" o "magnetismo", presentándola como un fenómeno social en el que una serie de mujeres histéricas convulsionaban en grupo inducidas por F.A. Mesmer. Y a este nos lo describieron como un médico histriónico y megalómano que trepó a la fama para después caer en el más humillante de los descréditos, cuando una comisión investigadora decidió que el entonces llamado magnetismo no existía. Parece ser que, aunque ya han transcurrido casi 250 años, muchos médicos todavía asocian la Hipnosis a las prácticas de Mesmer, más propias de un showman que de un científico (sin desdeñar que gracias a él se empezaron a estudiar diversas técnicas de sugestión con fines terapéuticos).
Isabel Martínez: Es cierto que durante la inducción hipnótica tú me das pautas, pero cuando reflexiono a posteriori me doy cuenta de que los escenarios, lugares, tiempos, personas, objetos y sucesos que imagino de una forma tan vívida son míos, son creaciones simbólicas de mi subconsciente que, en un estado de conciencia normal, yo sería incapaz de crear (y que a veces me lleva mi tiempo descifrar). ¿Se podría conseguir lo mismo con la autohipnosis si uno supiera exactamente qué es lo que busca y cómo buscarlo? Haciéndolo más personal, ¿te has ayudado a ti misma o podrías hacerlo con la hipnosis si tuvieras una fobia, por ejemplo?
Dra. Costa: Aplicarse a sí mismo las técnicas hipnóticas se conoce con el nombre de Autohipnosis, y cualquiera las puede aprender y poner en práctica cuando guste, y con total seguridad. Como aprender a meditar, o a cocinar, o a leer. Pero para aprenderlas necesitas que alguien te enseñe inicialmente, y que te haga caer en la cuenta de todas las manifestaciones propias del trance hipnótico que vas experimentando y que de otro modo, enfrascada en la propia vivencia, quizás te pasarían inadvertidas. Pero el principal papel del terapeuta es ayudarte a obtener el máximo partido de ti misma, acompañándote en tus viajes para apoyarte, celebrando tus logros y sosteniendo los pasajes difíciles, y sobre todo potenciando tus propios recursos. A partir de eso, la práctica autohipnótica se convierte en un entrenamiento que facilita cada vez más el camino trazado.
Tú misma, que estás viviendo la superación de una fobia, ¿crees que está siendo así?
Isabel Martínez: Está siendo más que eso. En términos operativos, mi fobia ya está controlada: puedo hacerme un análisis de sangre con total normalidad y participar en conversaciones que antes necesitaba evitar. Pero he descubierto que la fobia es un síntoma de algo soterrado en mi subconsciente y no tanto un problema en sí mismo. Destaparlo e ir relacionando las piezas del puzzle me ha proporcionado un gran autoconocimiento, y eso es lo que más me fascina de la Hipnosis. También me interesa mucho lo que dices sobre potenciación de los propios recursos. ¿Qué pasa con aquellos recursos que pensamos que no tenemos y que necesitamos? ¿Podríamos, de alguna forma, crearlos?
Dra. Costa: Puedes crearlos. O desarrollarlos, modificarlos, evolucionarlos.... Pero mira, realmente es sorprendente la cantidad de "cosas que no sabía que sabía", como canta nuestro amado Joaquín.
El subconsciente tiene todo aquello que necesitas. Basta recuperar esos recursos y adaptarlos a cada situación.
Isabel Martínez: ¡Yo aún no "sé que sé" que tengo la fuerza y la belleza con la que hace poco me identificó mi subconsciente en una de tus sesiones! (risas) En serio, si - como venía a decir Gandhi - nuestros pensamientos forjan nuestro destino, y resulta que aquellos no nos están llevando por el camino que queremos, parece que el subconsciente es un buen lugar por donde comenzar, ¿no? Al menos para extraer información valiosa. No sé si también para introducirla.
Dra. Costa: Estoy totalmente de acuerdo en que nuestras creencias forjan nuestro destino, como proponen los enfoques construccionistas. Algo así como "creer es crear". No obstante, es diferente una creencia que tiene carácter de valor o identificación, que un pensamiento mucho más efímero. A veces los pensamientos se hacen circulares, o intrusivos, o desconfiados, o de cualquier manera "deformados". Entonces son necesarias técnicas cognitivas que nos ayuden a afinar esa cacofonía mental. Pero las creencias que tienen una base antigua -la mayoría de veces incluso perdida en el tiempo-, aquellas creencias enraizadas y jamás puestas en juicio ni actualizadas son los llamados "introyectos". Mediante la introyección incorporamos patrones, actitudes, modos de actuar y de pensar que no son verdaderamente nuestros, sino de nuestros padres, maestros y personas influyentes de nuestro círculo social. Nos los han inculcado sin que nos demos cuenta. Es como un chip en nuestra mente que dirige nuestra conducta, deseos, emociones y pensamientos, felicitándonos cuando nos portamos bien o castigándonos cuando nos portamos mal. En estos casos la Hipnosis es una buena puerta de acceso hacia ese origen, permitiendo comprenderlo y/o modificarlo de forma más acorde al presente.
Isabel Martínez: En realidad, cuando te he mencionado lo de introducir información en el subconsciente, estaba recordando la película Origen y lo que hace Leo di Caprio en ella: implantar una idea para hacerla crecer y ver sus frutos en los actos del individuo. Vamos a suponer que a mí me gustaría plantar en mi subconsciente la semilla de la abundancia, que engloba muchas cosas en mi vida: autoconfianza para saber que siempre puedo salir adelante aunque esté en mitad de la tempestad; seguridad de que tengo en la vida todo lo que necesito, etc. Estoy segura de que existe algo maravilloso en mi subconsciente que me va a permitir convencerme de que puedo vivir en el amor, la abundancia y la alegría constantes. Pero ¿y si, por la razón que sea, no soy capaz de encontrar lo que busco para dejar que aflore? ¿Podría introducir esa idea con todo lo que la acompaña?
Dra. Costa: Sí, si sabes cómo hacerlo. Por ejemplo, es fundamental no usar la palabra pero porque invalida la frase anterior. Si digo: "La sopa está buena, pero tiene demasiada sal", ¿crees que en realidad me gustó la sopa? Una buena alternativa puede ser sustituir el pero por un y, ya que asevera una cosa y también la otra, o por un aunque (la sopa está muy buena aunque tenga demasiada sal).
También es importante evitar usar frases que empiezan con ¿Y si...?, es decir, dejar de sufrir ansiedad anticipatoria. "Quiero ir al cine pero ¿y si ya no quedan entradas?". Los ¿Y si? suelen crear posibilidades desafortunadas, lo cual genera una preocupación que en algunos casos puede servir para prevenir la situación que nos aguarda y, en otros, precisamente va a crear esa realidad temida. ¡Volvemos a estar hablando sobre las creencias que forjan nuestro destino!
Avicena decía "Pienso porque existo", del que salió el famoso cogito cartesiano "Pienso, luego existo". A mí me gusta plantearlo a la inversa: Existo como pienso, porque somos lo que pensamos que somos.
Por todo ello, durante la inducción hipnótica, y mucho más en la fase de profundización del trance y reformulación de los introyectos, es fundamental el uso exquisito del lenguaje. Debemos ser absolutamente impecables al elegir las palabras, porque estas marcan el curso de nuestros pensamientos y creencias, y, por tanto, de nuestros actos y afectos.
Y así, retomando tu pregunta y tu deseo, es importante que durante la Hipnosis formules pensamientos de confianza en tu capacidad de autoprodigarte cuidados con toda tu creatividad, generosidad, honestidad y eficacia. Para ello puedes repetirte frases positivas, como el lema de Coué: "Every day, in every way, I am getting better and better" (cada día, y en todos los aspectos, me voy sintiendo mejor y mejor). O bien puedes usar un lenguaje más metafórico, más parecido a los códigos oníricos del subconsciente: cuentos, símbolos, arquetipos, actos ritualisticos,-¡incluso chistes!-, que produzcan esa vivencia de fuerza, alegría y conexión con el medio.Te invito a que compartas con los lectores algunos de los recursos que has movilizado bajo hipnosis, en tu camino de superación de la hematofobia y del redespertar de tu creatividad y de tu fuerza.
Isabel Martínez: Bueno, durante mis sesiones de hipnosis contigo permito que me guíes hacia el lugar donde deseo ir. En general, lo que predominan son escenarios e imágenes, todo aquello que es visual y táctil.
Dra. Costa: ¿Sensorial?
Isabel Martínez: Sí. De hecho, no utilizo lenguaje verbal salvo si tú me pides específicamente que lo haga. Mi mente usa un lenguaje más parecido al de los sueños, mucho más simbólico, que responde a indicaciones tuyas pero que mi subconsciente usa como primer paso para desplegar aquello que guarda y que me pone delante, como si fuera un espejo. A veces, sucede de forma literal. Por ejemplo, me observé siendo un husky siberiano (para mí la encarnación de fuerza y belleza a las que hacía referencia hace un rato), feliz y juguetón en su entorno de nieve, a pesar de ser el hábitat más hostil que puedo imaginarme en estado de vigilia porque no soporto el frío.
Dra. Costa: Por favor, Isabel, acláranos algo que seguramente el lector se estará preguntando: ¿Crees que de alguna forma yo te induje a transformarte en perro cuando te hipnoticé? ¿Mencioné la palabra husky en algún momento? ¿De dónde surgió la vivencia, y de qué te está sirviendo?
Isabel Martínez: No, en absoluto mencionaste la palabra husky. Pero sí hubo una indicación por tu parte para que me transformara en un animal, el que fuera, el que mi subconsciente eligiera. En este punto creo que es interesante contar algo que me fascina de los procesos hipnóticos: no se trata de tomarse una "píldora azul" y abandonar la percepción de la realidad circundante. Muy al contrario, hay al principio un proceso de ampliación de la conciencia para que una parte de mi mente "esté ahí", bien consciente y siguiendo todo lo que ocurre, mientras otra parte viaja hacia el interior. Así, me das indicaciones para que perciba el mundo a través de mis sentidos, pero de forma ampliada: me invitas a escuchar tu voz y la música relajante de fondo, pero también aquellos sonidos que normalmente pasan desapercibidos, como el tic tac del reloj de pared, por ejemplo.
En la sesión a la que estamos haciendo referencia, me invitaste a que desdoblara mi conciencia y la ampliara hasta el punto de imaginarme que me estaba observando desde fuera, como si estuviera suspendida en el aire, viendo mi cuerpo tumbado en la camilla. Después me diste indicaciones para que me fuera transformando en un animal, y desde esa posición desdoblada viera de cuál se trataba. Para mi sorpresa, me fui convirtiendo en una husky. Y fue una sorpresa, no sólo porque al principio creí que se trataba de una loba, sino porque es un animal que yo no habría elegido de forma consciente. Sólo un par de días más tarde descifré los aspectos simbólicos que había tras esa elección, pero esa mañana, cuando salí de tu consulta, me sentía muy diferente, con sensaciones de poder y alegría con las que no había entrado.
No sé si puedo responder a tu pregunta de para qué me ha servido la experiencia con datos mensurables y sin la perspectiva que proporciona el tiempo. Pero ha supuesto un cambio en la percepción de mí misma. Siento que ha liberado recursos que eran sólo potenciales, como la creatividad y la fuerza a las que muy bien has hecho referencia. Esos cambios interiores tienen su repercusión en las cosas que hago y en cómo las hago y, por tanto, en las cosas que me pasan y en mi percepción de ellas.
Dra. Costa: ¿Se podría concluir, entonces, que más que inculcar una semilla en forma de construcción gramatical o pensamiento, en tu caso has despertado una memoria antigua, animal, mediante la vivencia de un trance? Y que como hipnóloga yo no te he insertado nada, sino que solo te he ayudado a rescatar un recurso que tú ya tenías: la experiencia de sentirte feliz y libre, integrada en tu entorno a pesar de poder parecer hostil, sabiéndote inocente a la vez que fuerte, y capaz de procurarte aquello que requieres. ¿Es así?
Isabel Martínez: Exactamente.
Dra. Costa: Para mí ese es el arte de la Hipnosis: hacer fácil aquello que parece difícil, mediante el sutil uso del lenguaje sugestivo por parte del terapeuta, y del infinito poder creador de la mente del paciente.
Isabel Martínez: Supongo que de ahí el título de tu anterior libro: El camino de la hipnosis. El arte de la sugestión.
Dra. Costa: Sí, porque concibo la sugestión como ciencia y como arte cuando se usa como herramienta terapéutica. Por cierto, herramienta de uso cuidadoso y autoaplicado, de ahí el título de mi nueva publicación: La hipnosis en privado.
Isabel Martínez: Estoy deseando leerla. Muchas gracias por esta entrevista. Me ha encantado charlar contigo.
Dra. Costa: Gracias, igual te digo. Hasta siempre.