Navidades positivas
La Navidad suele ser un momento positivo para mucha gente, y de hecho es lo que se pretende para estas fechas. Pero todo aquello que es positivo puede ser muy negativo para otras muchas personas. De hecho, para mucha gente la Navidad es un momento depresivo, peligroso, especialmente triste o estresante por diversos motivos.
Muchas personas perciben la Navidad de forma negativa porque les recuerda a familiares que ya no están con ellos, o momentos más alegres vividos, o porque las relaciones familiares no son buenas y se ven obligados a convivir durante unos días señalados más por la normativa social que por el deseo real, o se ven superados por la relación con la comida en esas fechas que se convierte en un problema si se tiene alguna dificultad de salud o alimenticia...
La cuestión es que a nivel psicológico puede tener tanto una repercusión positiva y de motivación como justo un efecto totalmente contrario.
Pero ya que son fechas por las que hay que pasar y que hay que vivirlas, es decir, que no se pueden evitar, lo mejor para aquellas personas que lo pasen mal, es intentar transformar esos días en algo que pueda ser más positivo para ellas y que contribuya a su bienestar y su equilibrio en lugar de producirles un efecto adverso. Para ello, habría que plantearse lo siguiente:
- Toda situación tiene cosas buenas y cosas malas. Si lo percibo como negativo, tengo que hacer un esfuerzo por encontrar las cosas buenas que ese suceso tiene para mí. Aquí no sirve la forma en que lo ven los demás, porque son sus elementos positivos y no los míos, yo tengo que crear los propios. Para ello tengo que encontrar algo aunque sea mínimo que me permita percibirlo de un modo más real, más estimulante. Por ejemplo para unos puede ser algo bueno porque les gustan los dulces navideños, a otros porque les encanta el invierno, a otros porque adoran acostarse tarde, a otros sólo por vacaciones que cogen en el trabajo, a otros porque les gustan las películas que ponen en la tele por estas fechas... Cada persona tiene que encontrar su estímulo positivo.
- Ser independiente de la normativa social, familias hay de muchos tipos y de muchas maneras y por lo tanto se puede vivir de forma muy diversa. Lo importante es que pueda hacer algo con lo que me pueda sentir cómo y bien, y no asumir compromisos que luego nadie disfruta.
- Organizar el tiempo de tal forma que aunque cumpla con ciertas reuniones que tengo que hacer, pueda tener también algo de tiempo para mí.
- Ser claro con los demás sobre lo que nos gusta o lo que no para que puedan ayudarnos con las dificultades que tenemos y no insistan o presiones con otros elementos que nos hacen daño.
- Percibirlo como unos días más en el calendario, que es lo que realmente son e intentar normalizar mi vida en todo lo posible.
- No olvidarme nunca de cuidar de mí en todos los aspectos, hacerme algún autorregalo, compensar momentos malos que surgen con momentos buenos que yo puedo crear o potenciar, no forzar el cuerpo en cuanto a comida tiene que ver para no ponerme malo...
- Normalizar mi situación navideña sea la que sea, independientemente de que la situación de los demás sea otra, y poder hablar de ello con naturalidad, sin avergonzarme o sin pretender ser lo que no es. Por ejemplo, si en Navidad no voy a coincidir con mi hermano porque estamos enfadados, no ocultarlo como si fuese un crimen, sino normalizarlo porque en todas la familias pasan cosas y no tengo que ser como nadie.
Seguramente si lo intentamos vivir de otro modo, menos exigente en lo que en felicidad tiene que ver, al menos quien lo vive de forma negativa puede llegar a disfrutar en algún momento y convertir estos días en mucho menos estresantes y por lo tanto más relajados y normalizados.