Información alimentaria
El ser humano desde que nace necesita del aporte permanente mediante la alimentación, de elementos básicos que son, minerales, vitaminas, proteínas, hidratos de carbono, lípidos o grasas y aminoácidos.
Minerales: Hierro, calcio, magnesio, potasio, manganeso, zinc, azufre, etc… que podemos encontrar fundamentalmente en las verduras, legumbres y hortalizas. Con el 100% de su potencial cuando éstas se consumen crudas, aunque científicos británicos acaban de descubrir que dichos alimentos cuando están cocidos siguen teniendo todas sus propiedades intactas.
Vitaminas: las encontramos principalmente en las frutas; preferentemente deberán ser consumidas por la mañana, y no mezcladas con otro alimento (por ejemplo, nada más comer). Muy importante que sean frutas de estación y no importa la cantidad a consumir. El organismo se va a encargar de obtener lo que necesita y eliminar el excedente.
Proteínas: Se pueden obtener tanto de sustancias animales como vegetales. La proteína vegetal es de mayor calidad que la animal puesto que reciben las sustancias directas de la tierra, la estimulación celular que les da el sol y no reciben ninguna carga traumática cuando son arrancadas de la tierra, en cambio en el animal, al ser muerto, tienen una carga de su sistema nervioso a través del miedo, que hace que sus carnes se vean invadidas por la adrenalina, sustancia que torna a este alimento de alto grado de toxicidad. Sumado a esto, si esta carne que colgada en el gancho de la carnicería o expuesta en el mostrador, para poder tener ese color rojo brillante y ser de apariencia tentadora para el consumidor, debe recibir para su conservación, nitrito de sodio y nitrato de sodio, sustancias altamente cancerígenas que se utilizan para la conservación de este alimento aquí en España, cuando en otros países dicha sustancia esta prohibida. Si no se les pusiera, esta carne adquiriría un color grisáceo-verdoso (aunque no esté descompuesta) que el consumidor no compraría por no tener un aspecto agradable. No obstante, si tenemos en cuenta los valores nutritivos en cuanto a porcentajes de proteínas desde un alimento u otro (animal y vegetal)
Ejemplo:
Información nutricional de la soja (por 100 gr. cruda):
- 375 Calorías.
- 33 gr. de Proteínas.
- 18 gr. de Hidratos de Carbono.
- 14 gr. de Fibra.
- 20 gr. de una grasa llamada Lecitina que ayuda a bajar el Colesterol.
- Su gran riqueza en Magnesio, Hierro (9 mg.), Calcio (250 mg.) y sobre todo en Potasio (1.675 mg.), lo convierten en un alimento muy remineralizante.
- También contiene vitaminas del grupo A, B, E y ácido fólico.
Información nutricional por cada 100 gr. de las proteínas que contienen los siguientes alimentos:
- Pechuga de pollo sin piel 23 gr.
- Ternera magra 21 gr.
- Carne de cerdo 18 gr.
- Bacalao 17 gr.
- Queso fresco 12 gr.
- Huevo 7 gr.
- Yogur (125gr) 4 gr.
Hidratos de Carbono: Estos los encontramos en las harinas blancas (por lo general), en el arroz, en las patatas, en todos los alimentos que contengan almidón. En cuanto a combinación de alimentos, éstos, no deberían mezclarse con proteínas. Porque esta combinación hace un porcentaje de hidrógeno prácticamente neutro que obliga a los ácidos gástricos a un aumento innecesario y un desgaste energético desmedido del estómago para poder procesarlos, generando una digestión lenta con fermentaciones y las consecuencias de ellos, gases, flatulencias, meteorismos.
Grasas: Los lípidos son muy necesarios porque si tienen una buena calidad generan energía en el cuerpo. El abuso en el consumo trae una descompensación de los triglicéridos haciendo que los niveles de colesterol aumenten, espesando la densidad de la sangre y acarreando problemas cardiovasculares. Los encontramos en aceites, mantecas, grasas, quesos, productos lácteos y carnes. Pescados de agua dulce.
Para conservar la salud, que es uno de los valores más preciados con el que cuenta el ser humano, que casualmente, por haberlo adquirido por derecho propio y no haber tenido que pagarlo, éste, lo subestima, tendríamos que alimentarnos de forma natural, consumir todas las sustancias extraídas de la naturaleza donde no hubiera procesamientos químicos. Como sucede con todos los productos envasados o enlatados, por ejemplo, embutidos (jamón de york, pechuga de pavo, salchichón, chorizo, patés, mortadelas, etc) por llevar un alto porcentaje de conservantes dañinos para la salud. En el caso del jamón, piense usted que es una carne que estaba sangrante y que gracias al sodio (la sal), que le hace de astringente, se va compactando por desecación hasta terminar en algo totalmente deshidratado. Piense que tanto el consumo de éste como el alto consumo de sal en cualquier otro alimento, hacen lo mismo con los tejidos de nuestro cuerpo, que también son sangrantes, ocasionando todo tipo de enfermedades.
Toda la repostería industrial, la combinación de los blancos, harina blanca con azúcar blanco es un veneno por excelencia para nuestro cuerpo, no solamente que el hígado lo desdobla en grasas, transforma el azúcar en alcohol y el alcohol en grasa, haciendo que acumulemos tejido adiposo en lugares innecesarios, sino que además trae consigo varias enfermedades.
Lo que hoy comemos puede que no nos haga daño a corto plazo, sin embargo lo que hemos consumido durante diez, veinte o treinta años terminará minando y dañando nuestro sistema.
En forma independiente, quien tiene más vulnerable el hígado sufrirá de él, otros del páncreas, otros del corazón, otros de los riñones y así una lista sin fin. Pero que casualidad, todas las enfermedades son causadas por la mala alimentación. Y no pensemos que mala alimentación es comer poco, sino es comer alimentos inapropiados para nuestro organismo.
¿No le llama la atención que en cualquier época del año, a cualquier hora del día, las salas de espera de los médicos están siempre atiborradas de gente? Claro, a la industria farmacéutica internacional, no le interesa hacerle descubrir a la gente que un gran condicionante que provoca el 90% de las enfermedades es la forma de alimentarse, porque se terminaría el negocio. Piense, el hígado no se daña porque sí, el riñón no se daña porque sí, el páncreas no se daña porque sí, ningún órgano se daña porque sí, lo daña la química orgánica, ¿y quién daña la química orgánica? La alimentación inadecuada.
Lamentablemente, el ser humano en su mayoría, es esclavo de 2cm cuadrados de papilas gustativas y tiene la debilidad de dejarse llevar por ellas.
Entonces, teniendo en cuenta toda esta información, toma gran importancia, la alimentación que debe recibir un cuerpo ‘virgen’, ‘nuevo’, ‘intacto’, ‘perfecto’, como es el de un ser recién nacido.