La psicoterapia gestalt en el tratamiento de las adicciones
Existen múltiples definiciones para el concepto de adicción según los diferentes autores, instituciones, organismos, etc, que intentan definirla. Lo mismo ocurre si intentamos una aproximación al concepto desde la corriente gestáltica. Entre muchas y variadas definiciones, particularmente me quedo con la que ofrecen Udo Roeser y Achim Voitsmeier, que definen la adicción como "la incapacidad de satisfacer necesidades básicas y de enfrentar problemas y dificultades de manera adecuada".
Explican que experiencias traumáticas no elaboradas y funciones limitadas para establecer contacto impiden la satisfacción de estas necesidades elementales. El proceso homeostático de la autorregulación organísmica es interrumpido continuamente, la necesidad no es satisfecha, la forma no es cerrada, y se pueden dar actuaciones sustitutivas tales como la conducta adictiva. La persona se desvía para lograr lo no satisfecho; aún así la figura no puede cerrarse y empieza a repetirse de manera estereotipada y se automatiza en la dinámica propia de la drogodependencia. Se ha realizado finalmente una adaptación disfuncional.
Al trabajar con un individuo con problemas de adicción tenemos que tener en cuenta, entre otras cosas, tanto sus características como su sistema de creencias: nada es suficiente; evasión del aquí y ahora; sentimientos de culpa; juicios autodestructivos; excesivo temor al rechazo y al fracaso; urgencia de gratificación inmediata...
Estas creencias y características no desaparecen por el hecho de ya no consumir. Para trabajar y modificar estas creencias destructivas es necesario un proceso terapéutico, especialmente la psicoterapia Gestalt, que con sus valores de honestidad, responsabilidad, respeto y autoestima facilita que el individuo adicto se muestre tal como realmente es consigo mismo y con los demás, deshaciéndose del temor a enfrentar, que acepte lo que le corresponde al identificar y fortalecer su yo y diferenciarlo del yo de los demás, que logre tomar en cuenta sus necesidades y las de los demás y que aprenda a valorarse a sí mismo y a los demás.
En el tratamiento a largo plazo de la drogodependencia, hay dos metas básicas: la primera es el control estricto del consumo a través de la abstinencia y la segunda es el reemplazo total de los modelos adictivos por comportamientos satisfactorios y constructivos para llenar los huecos que se crean al dejar de consumir.
La psicoterapia Gestalt tiene grandes ventajas en el tratamiento de las adicciones, sobre todo en la fase de la reinserción a la vida funcional, productiva y satisfactoria.
Esto se empieza a lograr después de un período de abstinencia considerable, ya que la adicción es sólo un síntoma de problemas más profundos. Cuando el adicto deja de consumir, se enfrenta a un mundo desconocido para él. Mientras más rápido se sienta integrado y funcionando de forma eficaz, más difícil será una reincidencia o recaída en su adicción.
El enfoque Gestalt se considera una terapia de aprendizaje que va del apoyo externo al autoapoyo, que es lo que necesita desarrollar el individuo. Se facilita que el individuo tome la energía de sus creencias negativas y las aplique a las positivas, y el adicto tiene abundantes creencias y vivencias destructivas.
Y al conocerse más, identifica la lucha entre su yo adictivo y su yo sobrio en forma de diálogo interno y así, el yo fortalecido, al relacionarse con el medio ambiente aumenta su conciencia o su capacidad de darse cuenta y de esta forma debilita al no yo o yo adictivo, y cuando el paciente incrementa su darse cuenta día a día en el aquí y ahora, hace fluir su energía para la vida y construye una filosofía de vida basada en ocuparse del presente y de lo que hay en él, experimentando y viviendo intensamente lo cómodo e incómodo tanto en emociones como en situaciones sin evadir, y expresar de forma directa, honesta y oportuna sus sentimientos aceptando ser quien es y dejando de querer ser quien no es.