La medicina alternativa pierde otro asalto
El Parlamento Europeo y el Consejo de Ministros de la Unión Europea ratifican una decisión catastrófica que atenta directamente contra la Medicina Alternativa y sus consumidores.
Esta nueva normativa (Reglamento 1924/2006/CE) tiene en la práctica como efecto la prohibición de vender la mayoría de complementos alimenticios que actualmente hay en el mercado. Una medida como ésta beneficia fundamentalmente a los grandes grupos de la industria farmacéutica y agroalimentaria.
Se trata de un paso más hacia la desaparición de todo tratamiento alternativo para las personas interesadas en cuidar su salud de forma natural.
Desde hace una década, la Unión Europea ha elaborado diversas directivas y reglamentos dirigidos a “europeizar” aún más el derecho a la salud. De hecho, ya hace mucho tiempo que los Estados miembros no tienen nada que decir sobre la manera de regular la venta y distribución de los medicamentos, las plantas o incluso los alimentos.
Primero un Código comunitario sobre medicamentos, segundo una directiva sobre los medicamentos tradicionales a base de plantas y ahora un Reglamento sobre las declaraciones nutricionales y de propiedades saludables que figuran en etiquetas o en publicidad.
Todas estas normas europeas vienen a limitar cada vez más la libertad de los profesionales de la salud y permiten una eliminación progresiva y metódica de los más pequeños. Esto quiere decir también menos opciones para los pacientes y a la larga una calidad de productos inferior a la de hoy.
Las marionetas políticas invocan nuevamente las mismas razones: es necesario armonizar las reglas para permitir una mejor circulación de las mercancías y proteger a los consumidores.
¡Los consumidores deben ser protegidos también de los medicamentos que producen efectos secundarios irreversibles en el organismo humano!
Todo está orquestado para que, al final de este diluvio normativo, sólo queden un puñado de grandes fabricantes a los cuales ya conocemos, por otra parte: empresas como Nestlé, Danone, Bayer, Pfizer o Merck tienen ante sí un futuro próspero. La Administración europea se encarga de liquidar por ellos a todos sus competidores.
El último golpe hasta la fecha procede de la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria o EFSA (European Food Security Agency) con la complicidad tácita de la Comisión Europea y el Parlamento Europeo.
Por ejemplo, para tener derecho a decir que los ajos tienen un potencial efecto sobre el virus Helicobacter pylori, hay que elaborar un expediente, presentarlo… y que dicho expediente sea aceptado.
Esta exigencia también ha sido cumplida, pero, de los 44.000 expedientes presentado. La Comisión ha reducido este número a 4.637 a causa de duplicidades, ya que cada país había presentado sus propias alegaciones.
De estos 4.637 expedientes presentados en 2008, hasta la fecha sólo 222 han sido autorizados. Durante cuatro años, los fabricantes de complementos alimenticios han seguido por lo tanto vendiendo productos con la declaración de sus propiedades, sin saber si al final se encontrarían en la ilegalidad o no.
Resultado:
Una inseguridad jurídica máxima para los profesionales de la salud, que deben aplicar reglas vagas cuyas interpretaciones varían de un país a otro.
Podríamos deducir que la mayoría de las empresas de complementos alimenticios quedarán fuera de la ley de la noche a la mañana.
Para los profesionales de la medicina natural esta situación es inaceptable.
Nos encontramos frente a una dictadura e hipocresía, ya que el reglamento, solo requiere de los fabricantes de complementos alimenticios que demuestren los efectos nutricionales de los productos, y no la exigencia de demostrar sus efectos “fisiológicos” de esos mismos productos.
Si volvemos al ejemplo de los ajos, ello quiere decir que hace falta hacer que miles de personas las tomen durante varios meses y constatar los efectos de un régimen semejante en relación con un grupo de personas que no las comiese, antes de poder afirmar que los tienen probablemente un efecto anti-bacteriano.
Qué intereses ocultos hacen que nuestras Instituciones Sanitarias, se excedan con mucho en el mandato dado por Comisión.
Ni Parlamento Europeo ni el Consejo de Ministros, que han ratificado estas decisiones mediante dos resoluciones de 21 y 30 de marzo de 2012, han emitido ninguna reserva frente al autoritarismo inédito de la Administración europea.
La EFSA ha operado sin trabas ni controles. Es hora de parar la constante negación de Derechos y Democracia.
La cuestión no es solamente saber si nos arriesgamos a perder la opción de recibir tratamientos alternativos –lo que es el caso–, sino también saber si aceptamos definitivamente seguir siendo COBARDES
A principios de 2012 las asociaciones PAN Europe y Générations Futures, denunciaron los conflictos de intereses de los expertos de la EFSA y en febrero de 2012, el Observatorio de la Europa Industrial publicó un informe inquietante sobre la existencia de conflictos de intereses en el seno de la EFSA, muchos de cuyos expertos trabajan a la vez para la Administración europea y para grandes grupos industriales.
El informe precisa: “El conjunto de los expertos de la EFSA que tienen capacidad decisoria en la materia no ofrece garantías de independencia. Numerosos miembros de estos grupos de expertos tienen vínculos confesados con empresas del sector de las biotecnologías, la alimentación y los pesticidas”.
Países que se movilizan:
“Alliance for Natural Health”, lanzada una fuerte campaña en Inglaterra y otra campaña en los Países Bajos.
En Francia, el IPSN da la alarma lanzando una petición dirigida al Parlamento Europeo para que se vote una nueva resolución sobre la aplicación del Reglamento 1924/2006.
Lo que está en juego con esta petición es enorme. Este problema va mucho más allá de una simple cuestión de complementos alimenticios. Se trata de luchar contra una toma del poder sin precedentes en la Administración europea, es decir, una negación evidente de la democracia acompañada de la complacencia de los diputados europeos.
Además de nuestra libertad terapéutica, es también nuestro derecho más básico en una democracia –el derecho de voto–, que ha sido pisoteado.
¿Qué hacen los naturópatas de España?
¿QUE HACEN TANTAS Y TANTAS ASOCIACIONES DE NATURÓPATAS EN ESPAÑA?
Quizas tenga razón un amigo Alemán que dice: "En España no existen naturópatas, solo listos, pillos y brujos"
Aunque no creo en las profecías, hace un año ya me dijeron lo que se estaba planificando contra la Medicina Alternativa.
Asistí al evento del Dr. Matthias Ralf en Berlín, en el cual hacia un llamamiento, no solo al pueblo alemán, también a toda Europa.
El Dr. Ralf nos animaba a no permitir que los intereses financieros de las grandes compañías farmacéuticas, nos invitaba a no permanecer indiferentes ante el intento de conseguir su objetivo de someter comercial y políticamente a naciones enteras, sacrificando "millones de vidas".
Hoy en el nombre de millones de europeos les decimos a las Autoridades Sanitarias Europeas
¡NO!al Reglamento 1924/2006/CE.
¡NO! A una Europa que pisotee nuestros derechos fundamentales, especialmente nuestro derecho a la información y nuestro derecho a seguir tratamientos alternativos para nuestra salud.
¡NO! al Reglamento 1924/2006/CE, que representa un abuso a favor de los intereses financieros de las Multinacionales Farmacéuticas. y le instamos a que reconstruya una Europa democrática para personas y por las personas.
- Respetar el derecho de los ciudadanos a seguir tratamientos alternativos, dentro del derecho europeo a la salud.
- Conciliar las posturas europeas sobre las declaraciones de propiedades saludables de los complementos alimenticios.
- La normativa y reconocimiento de los profesionales de la Medicina Alternativa.
En nombre de millones de europeos les decimos a las marionetas políticas NO al Reglamento 1924/2006/CE que favorece a la fraudulenta y multimillonaria Industria Farmacéutica que negocia con la enfermedad.
Hoy hago un llamamiento, no solo a los naturópatas, también, a los millones de personas que padecen o pudieran padecer deficiencias orgánicas en un futuro, y que van a ser tratadas con medicamentos que además de no curarlas, le aportaran efectos secundarios crónicos.
¡NO! A UNA DICTADURA SANITARIA A FAVOR DE LAS GRANDES INDUSTRIAS FARMACÉUTICAS.