El diafragma, ese gran desconocido
Hablar del músculo diafragma, que tantas pocas veces se hace. Todo el mundo conoce los isquiotibiales, los cuádriceps, el bíceps, el tríceps, los paravertebrales, glúteos, rectos, multífidos,... Ay! La anatomía!... Sin embargo, el diafragma es sin duda uno de los músculos más importantes del cuerpo humano y al que no se le presta mucha atención.
Diría yo, que el segundo más importante, (después del corazón) y normalmente siempre pasa desapercibido. El diafragma, es el músculo principal de la respiración, y la respiración es la vida. Podemos estar sin comer días, sin beber horas, pero no podemos dejar de respirar, sino minutos...
El diafragma, es uno de los pocos músculos que se encuentra en el plano transversal, es decir, sus fibras se sitúan perpendiculares al suelo cuando estamos de pie. Nos corta por el medio, justo debajo de las costillas, hasta la columna lumbar.
El diafragma va desde la séptima costilla hasta la decimosegunda, y abarca de la primera lumbar hasta la cuarta. Es como un paraguas en medio de nuestro cuerpo. Que se mueve como una membrana, arriba y abajo, como una ventosa, al ritmo de la respiración. Está agujereado, por dos grandes orificios, por los que pasan, entre otros, la arteria aorta, la vena cava, y el esófago.
Rodeando estos orificios, hay como un aro. Se llama “centro frénico”, y es el que sube y baja, como una polea. Cuando esta “polea” no funciona bien, es decir, está atascada, entonces suceden los problemas. Al estar anclado el músculo diafragma a las costillas, cuando la "polea" no baja, lo que pasa es que el diafragma empuja las costillas inclinándolas hacia delante. Deformando la caja torácica. Al no bajar la polea, el diafragma, no empuja las vísceras, por tanto no estimula el sistema linfático, produciendo acumulación de toxinas.
Cuando a la polea le cuesta subir, lo que pasa es que el diafragma queda "más" pegado a las lumbares, aumentando la lordosis o curvatura lumbar, con sus consecuencias a nivel de problemas de espalda.
Tenemos afectada la caja torácica y las lumbares. ¡Vaya!, pues si que andamos bien, porque como bien sabéis, todo está conectado en nuestro cuerpo por cadenas musculares, y lo que afecta a un grupo de músculos se traslada a otro. Afectada la caja torácica, que pasen las cervicales, musculatura del cuello, hombros, brazos, muñeca...
Sucediendo lo mismo con las lumbares, curvatura de la columna, pelvis, rodilla, tobillo, pie... Desalineamiento, mal encaje articular,... llevado a una sobrecarga, puede degenerar perfectamente en dolor.
Si estamos hablando de que la prevención es la mejor forma de curar, entonces, no debemos olvidarnos del diafragma. Aprendamos a respirar con el diafragma, nos ahorraremos muchos problemas. ¡Que el diafragma suba!, que el diafragma baje! Prestémosle nuestra atención al diafragma y nos beneficiaremos:
- Eliminaremos toxinas manteniendo nuestro cuerpo limpio.
- Tendremos una buena postura, evitando lesiones articulares.
- Tendremos mejor oxigenación, rejuveneciendo los tejidos.
- Tendremos una mejor digestión porque estimularemos los intestinos con un suave masaje.
- Mantendremos nuestra columna alineada, evitando dolores de espalda.
- Mantendremos una buena circulación sanguínea.
Una buena salud del diafragma es la base para una vida plena.
Bien es conocida, la terapia Mezieres, que trabaja mucho el diafragma para temas de reeducación postural. Técnicas de liberación miofascial, junto con terapia manual en la zona de las costillas, serán muy buenas para ayudar al diafragma a liberarse. Los hipopresivos, grandes ejercicios para que nuestro diafragma haga deporte. Apuntar también el Yoga Nauli, o kriya Nauli, para sacar el máximo rendimiento a nuestro diafragma.
Decir también que la respiración puede ser de 3 maneras:
- Torácica.
- Torácica baja.
- Diafragmática.
En deportes exigentes, nuestro cuerpo tiende a utilizar la torácica, para insuflar la inspiración al instante, aportando oxígeno inmediato, a la alta demanda, luego tenemos la torácica baja, con una participación conjunta de la caja torácica y diafragma, y luego la respiración diafragmática que es la que hacemos en reposo.
Es sumamente importante, que introduzcamos la respiración diafragmática en nuestro día a día. No solo en los momentos de reposo. Así ejercitaremos nuestro diafragma, estimulándolo y manteniéndolo en forma, mejorando nuestra respuesta al esfuerzo.
Tomar unos minutos al día de consciencia diafragmática, será, visto lo importante de este músculo, toda una inversión para nuestro bienestar.