La leche: a cada uno lo que le corresponde
Este es un debate que viene desde tiempo atrás, y yo trataré de aclarar alguna cosa referente a ello, vamos allá...
La leche de la mujer va bien al bebé, la de vaca va bien para los terneros.
"Hasta los dos años los niños deben ser alimentados con la leche materna, después olvidaros todo tipo de leche", esta bomba ha sido hecha explotar por el celebérrimo Doctor Benjamin Spock, padre de la moderna pediatría. Esta inversión de tendencia llevó al Dr. Spock a abrazar la tesis que desde hace muchos años atrás muchos médicos y expertos propugnaban: La leche de vaca hace daño, sobretodo en fase de crecimiento, porque puede provocar muchas deficiencias inmunitarias y disturbios varios, entre los cuales, la anemia, alergias, hasta un insuficiente desarrollo cerebral.
En América y en Italia muchos se pusieron en contra del Dr. Spock, esa verdadera leyenda de la puericultura que a sus 89 años, tuvo el coraje intelectual de admitir sus propios errores y declarar que la leche de vaca va muy bien para los terneros pero no para los humanos.
El hombre y el ternero
El hombre es el único animal que continua a alimentarse de leche hasta después del destete. ¿Este será el deseo de no querer transformarse nunca en un adulto? La leche de vaca es un alimento para los terneros, no para el hombre. Sirve para hacer crecer un ternero y hacerlo parecer a una vaca, seguramente no para ayudar al niño a transformarse en un hombre. Por esto la naturaleza ha predispuesto la leche materna.
Ante todo, la leche de una madre sana es siempre fresca y bacteriológicamente pura, mientras todo tipo de leche no humana tiene que pasar por un proceso de cocción a altas temperaturas para que destruyan los organismos nocivos (la misma suerte toca a las vitaminas). La única cosa que tienen en común las dos leches es el color, la composición porcentual de los ingredientes, en su cualidad (por ejemplo las cadenas de aminoácidos) son completamente diferentes. Además sólo en la leche materna están presentes las sustancias que inmunizan al bebé de las infecciones (sobre todo las respiratorias y intestinales), a parte de la cantidad de fósforo exactamente necesaria para su desarrollo cerebral.
El "cachorro" humano desarrolla antes el cerebro, mientras el animal desarrolla antes la estructura ósea. La cantidad de lactosa, esencial para el desarrollo en el bebé de su celebro, en la leche materna es casi el doble de la que se encuentra en la de vaca.
La leche de vacuno, se adapta a los terneros que tienen una velocidad de crecimiento físico muy superior a la humana (duplican su propio peso en solo 37 días desde su nacimiento, mientras el bebé humano lo dobla en 180 días), contiene de un 3,5% a un 5% de proteínas, en contra de un 1,2% de la leche humana.
El calcio, tan publicitado en la leche de vaca es en general mal absorbido por el hombre, porque está asociado con una porcentaje demasiado alto de fósforo (factor inhibidor) y a la caseína. Aun así, en los países desarrollados comemos tanto que conseguimos una sobredosis diaria de calcio, el cual va a depositarse sobre las paredes de las arterias, provocando junto al colesterol, el endurecimiento de las mismas, formando cálculos de riñón o acumulándose en las articulaciones, dando vida a manifestaciones artríticas.
El chino medio que consume solo 15 mg de calcio diario tiene menos caries y osteoporosis que el occidental medio que ingiere 800 mg. Niños que cursan otitis, catarros, muy a menudo han vuelto a la normalidad suprimiendo los lácteos y en particular los yogures. Lácteos y quesos son ligados a la "enfermedad de la civilización", el surgir de tumores, fibromas, cáncer del aparato reproductivo femenino (pecho, útero, ovarios), infecciones del aparato urogenital (cistitis y candidiasis), enfermedades del sistema cardio circulatorio (arteriosclerosis, trombosis, infartos...) a causa de la enorme cantidad de grasas saturadas; conexión directa con las más variadas formas de alergia, ya sea alimentaria que de la piel y del aparato respiratorio (asma), bajada de las defensas inmunitarias, problemas del sistema digestivo (diarrea, estreñimiento, por la falta de fibras).
Consideraciones finales
Si aún no ha sido suficiente toda la información y las consideraciones expuestas, quiero dejar una última reflexión: La leche es un alimento para cachorros de aquella particular especie animal que, por esa característica, se diferencia de todas las otras: los mamíferos. Por esto, no existe ningún mamífero que, llegado a la edad adulta en la cual es en grado de alimentarse solo, siga tomando leche. Solo el hombre sigue tomando leche y no la suya, más bien la de otra especie.
Si existen unas leyes en la naturaleza, alguien seguramente se está equivocando obviando el hecho que las leyes naturales, al contrario de aquellas humanas, no admiten derogaciones.
Examinando el desarrollo del "cachorro humano", vemos que a un cierto punto empiezan a salir los primeros dientes, la aparición de los dientes significa que en el cuerpo de este ser (y sobre todo en su aparato digestivo) han empezado las varias transformaciones que lo conducirán gradualmente a la alimentación de adulto.
Desde ese momento, la importancia de la leche (como alimento único) termina, también su importancia como alimento básico disminuirá gradualmente hasta que dure el destete y terminara hacia el final de su segundo año de vida, cuando estará completa su primera dentición llamada de "leche" (compuesta de 20 dientes caducos). La leche es ahora un alimento secundario y también su importancia como tal, terminará por desaparecer cuando el chico hacia los 14 años, tendrá sus primeros 28 dientes de su dentadura permanente. Época a partir de la cual el podrá, de verdad, alimentarse como un adulto... y el mamífero adulto no se alimenta de leche.
A día de hoy, la leche de vaca viene pasteurizada, homogeneizada, tratada, congelada, evaporada, condensada, pulverizada, adulterada, aromatizada...
La homogeneización por ejemplo consiste en pasar la leche por una grande centrifugadora que separa la grasa (crema, nata, etc.) de la misma leche. Tal proceso mecánico produce una gran oxidación con la consiguiente pérdida de valor y creando unos microscópicos grumos de grasa que pueden arañar y por esto inflamar las venas haciendo intervenir en la zona, colesterol, fibrinas, calcio, para bloquear tal proceso inflamatorio. El resultado son las tristemente conocidas placas ateromatosas.
Durante el proceso de pasteurización de la leche, el trifosfato de calcio-magnesio se descompone en sales: Fosfato de Calcio, Fosfato de Magnesio, Carbonato de calcio, que son del todo insolubles y absolutamente inútiles (como todos los minerales inorgánicos); las proteínas de la leche coagulan y precipitan igual que las sales. Los minerales alcalinos se oxidan y lo que queda después de la perdida de la parte alcalina es muy acidificante para el organismo. Un cuerpo ácido sustrae minerales alcalinos de las reservas (huesos, dientes, pelo, uñas, etc.
Este es el motivo por el cual la leche y lácteos, aunque vengan aconsejados por algunos médicos para "curar" la osteoporosis, sustraen en cambio minerales como el calcio.
Una proteína de la leche, la caseína, no podemos digerirla, porque no tenemos la enzima (DPP-IV).
La enzima para digerir el azúcar (lactosio), la perdemos a la edad de tres años más o menos, el lactosio se transforma en ácido láctico, un subproducto tóxico y más bien acidificante.
Otras proteínas como la albúmina y globulina mueren a causa de la pasteurización, la coagulación.
La pasteurización dinamita algunos aminoácidos, rindiéndose inútiles para la alimentación, la vitamina C se destruye, como todas las otras vitaminas y la mayor parte del yodo se pierde, además en la leche hay una sustancias como la lactenina y el ácido nítrico, que resultan ser nocivas para la flora bacteriana intestinal por causa de su actividad antibiótica.
La leche desnatada causa más daño que la entera, porque cuando disminuye el porcentaje de grasa, la de las proteínas aumenta.
Concluyendo... el calcio, indispensable para nuestro organismo, es mejor recibirlo de alimentos de origen vegetal, que de origen animal: frutas, verduras crudas, brotes, frescos de temporada y posiblemente biológicos que contengan las justas cantidades de calcio biodisponible y por eso asimilable con facilidad por nuestro organismo.
Sé que va a ser muy complicado erradicar ciertas costumbres de nuestra sociedad que día tras día esta bombardeada de anuncios publicitarios y más complicado será luchar contra una industria como la lechera, pero afortunadamente ya son muchas las voces de profesionales de la salud y muchos los estudios científicos que demuestran con hechos irrefutables todo lo expuesto...
No somos vacas, somos humanos...