Cómo vencer nuestro miedo
El miedo pertenece inevitablemente a nuestra existencia. Desde el nacimiento hasta la muerte, tiene una función de supervivencia y nos ayuda a superar las diferentes etapas de nuestra vida: el nacimiento, el momento de empezar a vivir desligados del cordón umbilical, los primeros pasos soltándose de la mano de la madre, los primeros días de escuela, la pubertad, la inseguridad de la sexualidad, el primer trabajo, la formación de una familia, la maternidad, paternidad, la vejez y, por último, la muerte.
Todas estas fases están acompañadas de miedo.
En la infancia, ya muy pronto, grabamos en nuestro sistema límbico un miedo concreto que determinará nuestra personalidad, creando hábitos y comportamientos de lucha o huida o parálisis, ante situaciones que consideramos de peligro (en estos momentos, quedarse sin trabajo, dinero, sin pareja, etc.). Modo reactivo de comportamiento de nuestro sistema reptiliano.
La única manera de resolver el miedo, es conocerlo. Si no reconocemos el miedo, si no sabemos de dónde viene y cómo actuamos ante él, no podremos resolverlo, porque actuamos con unos patrones creados y aprendidos a una edad muy temprana.
La propuesta es conocerlo, no luchar contra él, ni huir, tampoco ignorarlo, sino aprender de él, entenderlo e integrarlo como parte nuestra, como una parte inseparable con la que tenemos que aprender a convivir.
El comportamiento defensivo de la célula ante estímulos del exterior para sobrevivir es el principio del miedo, del miedo a morir y, ante esto, reacciona instintivamente. Se retrae, ataca o deja de funcionar y se paraliza. Teniendo en cuenta que nuestro organismo es un conjunto de millones y millones de células interrelacionadas entre sí, podemos imaginarnos la reacción global que esto significa en cada ser humano ante situaciones de estrés, tanto físico como emocional...
Por ello, hay que conocer nuestro mecanismo aprendido en los primeros años, mecanismo que se repite constantemente en nuestras vidas con expresión de ansiedad, angustia, depresiones, agresividad y síntomas físicos como taquicardias, colon irritable, alergias, asma, etc. miles de enfermedades y trastornos psicosomáticos.
En este sentido, según el eneagrama hay 9 tipos de miedos que se graban en la infancia, miedos que determinan nuestra vida y personalidad, miedos de los que escribo en mi libro "Cómo vencer nuestros miedos" publicado por la editorial CEPE, donde se describe de dónde vienen, cómo reacciona el cerebro ante él y sobretodo, la manera de reconocerlos, cada uno el suyo, dando soluciones para aprender a integrarlo. El miedo de los niños, el miedo a uno mismo, el miedo a la vejez, el miedo a la muerte, miedos con los que tenemos que convivir cada día, ya sean nuestros o de los seres queridos o de las personas que nos acompañan a lo largo de la vida.
Sólo la conciencia nos puede ayudar y en eso estamos, intentando abrir un poco de conciencia.