Gamificación, el éxito de una asistencia asistida
La gente que da el paso de consultar a un coach, está ya en el buen camino, aunque se sienta quizás a ciegas consigo mismo. Cuando las cosas parecen estancarse, la persona se encuentra en un callejón. Yo conozco también este callejón.
El coach personal o de business tiene varias herramientas para ayudar a esta persona, a través de mucha escucha, mucho clasificar y poner jerarquía entre las cosas inútiles, necesarias y vitales, para que el cliente vea, él solo, las cosas más claras. Porque la solución viene siempre de dentro.
Qué bien si pudiéramos hacer esta etapa existencial como un juego. Introducir nuestros parámetros personales y que la máquina nos haga un ruido de rodillos, para acabar "dándonos un apretón tan fuerte que todas las partes rotas se junten de nuevo".
Pues quizás esto venga más rápido de lo que pensamos, desde una ciencia que viene del juego pero que va cada vez más se orienta hacia la persona y la empresa para captar público, clientes, empleados: la gamificación. Es decir, el desarrollo de retos, objetivos (¡muy serios!), visibilidad de progresos, jerarquía y niveles, decisiones y acciones, presentado de manera lúdica como un juego Smartphone/Iphone bajado de Playstore. Se introducen reglas, ¿niveles?, ¿multiusuario? , para su propio desarrollo personal.
¡Nosotros, los de más de 50, tenemos que aprender de la generación digital! Además de tener cabeza y manos, tienen varios mandos extras para, al instante, verificar, ubicar, informar, y habilidades increíbles para simplificar la comunicación.
Los adeptos de este nuevo modelo para desarrollar motivación con la gamificación, dicen que los tres ingredientes para que funcione estupendo son las tres F: "friends, feedback and fun".
Gamificación en la empresa
Las experiencias bien hechas de gamificación, con un objetivo empresarial, son historias muy interesantes.
Hasta ahora la empresa se focalizaba mucho sobre sistemas y procesos, cuando la nueva mecánica, para diferenciarse, es observar a la persona y cómo hace funcionar con fluidez estos procesos.
La fuerza de una empresa son sus empleados. Se desarrollan cada vez más mecanismos para fomentar la contribución, las ideas, el compromiso, la cultura de empresa. Por ejemplo, llevar un proyecto de gestión de cambio con éxito, implica que todas las personas tengan clar su contribución. Para conseguir esta "conexión" entre empleados, esta "participación", la herramienta de la gamificación están disponible.
Otro aspecto muy interesante es el cambio conductual: reciclaje, fumar, conducir.
¿Por qué los negocios se interesan en esta herramienta de la gamificación? Porque es por todos conocido que el juego digital es capaz de provocar una serie de relaciones emocionales que dirigen el usuario hacia la realización de una tarea o acción determinada. Jugar produce un alto grado de satisfacción. Cuando alcanzamos la meta propuesta y cumplimos los objetivos marcados, hay una gratificación. El juego supone una desconexión de lo cotidiano y provoca una sensación placentera de alivio.
Da también el sentimiento de pertenencia a una comunidad de aficionados. Jugar impulsa la creatividad y favorece el desarrollo de nuevas ideas pero sobre todo somos naturalmente curiosos el juego hace que queremos saber más. Al jugar también está presente el factor sorpresa seguido de grandes dosis de emoción. También otra clave: se premia el progresos en lugar del resultado. Aquí estamos en directo con unas hormonas muy positivas.
Nos hablan de morosidad en la familia, en la empresa, que rebota en el mercado y en el país. Sería tiempo de probar esta nueva mecánica. Dejar los cursillos sobre "manejo de problemas", "trabajar sin conflictos", "educar sin gritos", etc., y encontrar la herramienta de gamificación que pegue al contorno siguiente: identificar mis pasiones, identificar mi competencias, identificar el mercado y a la intersección ponerme, YO, el usuario y con motivación máxima, sin desgaste.