La risa y reflexología, ¡altísima combinación!
La risa es un acto natural, propio del Ser, producida por un estímulo que se relaciona con alegría, felicidad, satisfacción, emoción, juego y bienestar, con infinitas posibilidades de expresión. La auténtica risa, es ya considerada una excelente terapia (risoterapia) que día a día crece a mayor demanda y es aceptada con mayor énfasis en los centros de salud de muchos países del mundo, dentro de la medicina complementaria, debido a que estimula el desarrollo del estado bienestar a nivel psicosomático de pacientes y familiares.
La risa produce una explosión de sensaciones y estímulos gratificantes. Todo el organismo responde, las glándulas se activan de inmediato, el flujo sanguíneo mejora, los impulsos nerviosos son más efectivos pues la felicidad abunda. Reír es un acto puro y libre.
Reír es para mí el mejor alimento del espíritu, sea una risa inesperada, concurrida, compartida o en solitario, ¡reír con naturalidad es un acto de Dios!, nos recuerda que un mundo mejor es posible, un mundo más alegre, feliz y pleno puede ser alcanzado.
Reír es un poderoso acelerador orgánico innato de todas las funciones de nuestro Ser, catalizador importante de la sanación que se utiliza ya mismo con el uso de técnicas apropiadas (o espontáneas) como complemento de terapias y procedimientos de recuperación médico/psicológicos, ¡y en reflexología no es la excepción!
Reflexología y la terapia de la risa
La reflexología es una técnica milenaria que utiliza el masaje de relajación y la digitopuntura en pies, manos, cara, orejas y otras regiones de la anatomía para acelerar los procesos de autosanación del cuerpo y proveer relajación inmediata. Considera que en esas regiones corporales están reflejados todos los aparatos y sistemas orgánicos y energéticos del Ser Humano.
El reflexólogo trabaja visualizando las áreas que están relacionadas con la región del cuerpo a tratar, para posteriormente aplicar su destreza de dígito-estimulación que exige una técnica precisa y conocimiento detallado de la anatomía y el manejo de la energía humana, los puntos reflejos y la corriente de los meridianos. Este conocimiento puede integrarse muy bien con la terapia de la risa, ¡y qué mejor si se da de forma espontánea! en esa comunicación amena entre terapeuta y paciente: altísima combinación para el éxito en la terapia.
El que sabe ser buen discípulo, será excelente maestro
El que sabe enseñar, sabe aprender
El que sabe obedecer, sabe mandar
El que sabe escuchar, sabe dar la respuesta