5 síntomas de una vejez prematura
¿Quién no conoce a una persona mayor que nos hace pensar que tiene veinte años, y a su vez, una persona joven que da la sensación de tener ochenta años o más? Creo que todos tenemos algún ejemplo en nuestras cabezas.
Estaremos de acuerdo en que cuando hablamos de vejez estamos refiriéndonos a un período de la vida que se sitúa en una edad ya avanzada. A ello solemos asociarle una serie de comportamientos y actitudes que no siempre cumplen con nuestras expectativas.
Así, muchas personas mayores se divierten como niños, tienen vidas plenas de viajes, aventuras y experiencias, amores, nuevas amistades y una gran apertura de mente que les permite vivir felices y dichosos.
En contra, hay muchas otras personas más jóvenes que tienen una serie de actitudes contrarias que solemos asociar con la vejez temporal.
1. Soledad
Cuando hablo de Soledad me refiero a la decisión de encerrarnos en nosotros mismos sin tener pretensiones de abrirnos al mundo, a las experiencias ni a nuevas personas. Este comportamiento deriva en un estado de soledad y abandono.
Podemos estar tristes y sentirnos bajos de ánimos, pero si decidimos apartarnos de la vida, de los juegos, las amistades, las experiencias, estamos dejando de lado nuestra faceta más alegre y feliz de la vida.
2. Desmotivación
El no encontrar un sentido a nuestra vida nos genera el mayor estado de desmotivación que podemos soportar. No saber qué queremos, a dónde dirigirnos ni cómo hacerlo nos estanca en la pasividad y el nihilismo.
Si no tenemos una meta dejamos que la vida pase sobre nosotros sintiéndonos indefensos, víctimas e incluso culpables de no hacer nada. Esta situación nos lleva a una muerte en vida mucho antes de lo que nos corresponde.
3. Egoísmo
Los avatares de la vida muchas veces nos llevan por caminos que no deseamos, situaciones indeseadas y lugares inhóspitos. Ante esto, una reacción natural de defensa ante el dolor es pensar en nuestra propia subsistencia.
Si dejamos que se haga crónico este estado, podemos acabar viviendo con y para nosotros única y exclusivamente, sin empatía ni visión del otro. Pisaremos y nos aprovecharemos de aquellos que nos aman y que dan todo por nosotros.
4. Autolimitaciones
De vez en cuando escucho a chavales jóvenes decir que no son capaces de hacer algo, estudiar esto o trabajar en aquello. Se perciben como autolimitados de nacimiento y sin habilidades ni capacidades para hacer lo que quieren.
Si creemos que hemos nacido sin herramientas para cumplir nuestros sueños, estaremos entrando en la última fase de la vejez. Nos dejaremos arrastrar por las circunstancias y los sueños de otros.
5. Negatividad
Verlo todo negro, sin esperanza, ilusión y amor nos lleva a vivir en continua frustración y amargura. Acabamos sintiendo que la felicidad no existe, el mundo es una mentira y nuestra existencia un timo. Absoluto nihilismo.
Esta actitud está muy extendida y a la vez escondida en muchos discursos cotidianos. Si no estamos atentos, nos devorará y terminaremos con nuestras almas arrugadas en cuerpos jóvenes nacidos para amar y vivir plenamente.