Envejecimiento, salud y enfermedad
La Rae define "enfermedad" como la pérdida de salud y a su vez la OMS define el concepto de "salud" como un estado de completo bienestar (físico, mental, energético y emocional) y no sólo la ausencia de enfermedades, con funcionalidad plena y en relación con el entorno.
Entonces cabe preguntarse, es el envejecimiento ¿una pérdida de salud?, ¿una enfermedad?
El envejecimiento se define como un "Proceso biológico por el que los seres vivos se hacen viejos, que comporta una serie de cambios estructurales y funcionales que aparecen con el paso del tiempo y no son consecuencia de enfermedades ni accidentes".
Por tanto envejecer parece que es natural pero, ¿envejecemos todos por igual? ¿Es natural la forma común que tenemos de envejecer? Mi opinión es que "camuflamos" en el proceso natural de envejecimiento lo que en realidad son síntomas de un desequilibrio orgánico continuado en el tiempo.
Ya en 1974, el Dr. Laporte afirmaba que el cuerpo humano está biológicamente preparado para vivir una media de 120 años y que, debido al entorno y ritmos de vida, este tiempo se acorta, y la oxidación y degeneración del organismo se acelera potencialmente. Nadie puede negar que vivimos cada vez más años como tampoco nadie negará que la población mundial actual pierde salud mucho antes.
Por tanto el envejecimiento natural se ve acelerado, agravado por factores solventables como son el medio externo y nuestros hábitos y ritmo de vida.
Entendiendo el cuerpo humano desde su concepción holística, cuanto mayor equilibrio haya entre sus planos físico/ bioquímico, mental, energético, emocional y de relación con el entorno, menor será su velocidad de deterioro y, por tanto, más tiempo se mantendrá en un estado de no deterioro.
Desde el plano físico/ bioquímico, la Nutrición Celular es sin duda uno de los pilares fundamentales para poder frenar el envejecimiento; es importante lo que comemos pero más importante aún es lo que nuestras células pueden usar en su beneficio ya que, la carencia de nutrientes esenciales así como los excesos de tóxicos/ toxinas acumulados en el organismo hacen que dichas células no puedan realizar sus funciones naturales (metabolismo celular), afectando con el tiempo a tejidos, órganos y sistemas, siendo inevitable envejecer de manera no natural y llegar a alguna enfermedad.
El primer secreto, por tanto, está en la prevención; antes de que el problema sea visible, debemos ser conscientes de en qué podemos mejorar. Realizar una vez al año un perfil bionutricional es muy sencillo, barato y nos aporta una información muy valiosa para mantener nuestra juventud y bienestar general.
El medio externo y hábitos de vida
Ya nos gustaría, a más de uno, poder eliminar de un plumazo esa boina de contaminación que cubre el cielo de Madrid, o poder acceder a comida más saludable, a un precio más razonable...
¿Sabías que TÚ puedes cambiar el mundo? Un cambio en el entorno implica un cambio en cada uno de nosotros, en nuestros hábitos; aunque no lo parezca, cada vez que evitas comprar envasados en plástico innecesario o dejas de consumir zumos de frutas a partir de concentrados (hasta el 50% o más es agua edulcorada) estás cambiando el mundo por dos motivos; por tu bienestar y por la mejora del entorno.
Nutrición Inteligente
Lo importante es obtener todos aquellos nutrientes valiosos para el metabolismo general y que se encuentren en la mejor forma para la recepción celular; conozco muchos clientes tomando complejos vitamínicos que presentan lesiones propias de la falta de vitaminas, aunque sus analíticas convencionales no muestren datos "fuera de lo común" y, por tanto, son normales... ¿Cómo es posible?
En la bioquímica celular no basta con que aportemos un determinado suplemento; se necesita además que su carga eléctrica y otros patrones sean "atractivos" para el organismo, asimilables y puedan participar en las rutas metabólicas y llegar a nivel celular. Por eso, hay suplementos que funcionan y otros que no tanto.
Otra cuestión importante es entender cómo metaboliza el organismo y combinar sabiamente los alimentos. Por ejemplo, la toma de calcio de poco o nada sirve si no va acompañado de vitamina c. Así oímos que acompañar la leche con frutas ricas en vitamina C es "bueno" (es una pena ya que para el proceso de digestión esta combinación resulta bastante tóxica y en mi modesta opinión no sé hasta qué punto conseguimos el propósito inicial).
También debemos aceptar que hoy en día accedemos a mucho alimento "disnutrido"; la falta de minerales en las tierras de cultivo (algunas verduras y hortalizas no llegan nunca a entrar en contacto con la tierra), luz solar y aire libre hacen que esas maravillosas acelgas que vemos en el supermercado no contengan ni siquiera el 20% de oligoelementos que tan sólo hace 60 años nos aportaban; así necesitas comer más comida y aún así, tu cuerpo no obtiene suficiente nutriente. Este es uno de los muchos ejemplos que podríamos señalar con respecto a los alimentos actuales pero, aunque la acelga no necesita para su supervivencia Se (Selenio), Zn (cinc) o Molibdeno, nosotros sí.
Síntomas más comunes cuando hay carencias y/o excesos de nutrientes o contaminantes en el organismo
Os dejo una breve reseña de los síntomas más comunes que pueden presentarse cuando hay carencias y/o excesos de nutrientes o contaminantes en el organismo:
¿Qué pasa si tengo...?
- Carencia de Acidos Grasos Poliinsaturados; Suelen ser personas con problemas recurrentes de alergias, afecciones de garganta, oído, sinusitis, ... También problemas cutáneos como eczemas, psoriasis, dermatitis y Síndrome Pre Menstrual o Menopáusico. Presentan un debilitamiento inmunitario general.
- Falta de Minerales; Que se acompaña de una acidez orgánica y suele generar molestias en articulaciones y debilidad en músculos y tendones, así como irritación en las mucosas (nasal, bucal, vaginal...).
- Exceso de Tóxicos o Toxinas; Que se acumulan ya que pulmones, riñones e hígado entre otros, están saturados y no pueden hacer sus funciones para eliminarlos: Contaminantes como la polución, el alcohol, tabaco, amalgamas dentales y metales pesados que nuestro cuerpo no puede gestionar traen consigo también sobrepeso y problemas cardiovasculares.
El envejecimiento prematuro es un indicador de que nuestro cuerpo se "oxida" rápidamente; Puede conllevar desde inflamaciones crónicas, enfermedades de tipo autoinmune y trastornos neurodegenerativos.
La obesidad, diabetes, migrañas, vértigos, nerviosismo, cansancio o hiper-emotividad pueden ir de la mano y manifestarse ante una mala asimilación de los azúcares.
Si el intestino no realiza sus funciones naturales aparecen el estreñimiento, colitis, SCI (Síndrome del Colón irritable), problemas hepatobiliares y/o candidiasis.
El estrés, la depresión o los trastornos del sueño suelen ir acompañados de déficit en oligoelementos entre otros factores. Es necesario reseñar que, cuando el plano bioquímico está desequilibrado, el resto (mental / energético / emocional) en mayor o menor medida, también lo estará.
Y ahora, ¿por dónde empiezo? ¿Voy al fisio?, ¿me tomo infusiones de cola de caballo o acudo a una sesión de reiki?
Bajo mi experiencia como terapeuta he comprobado que en lo referente al equilibrio holístico no existe propiedad conmutativa; hay muchos casos en los que la primera actuación pasa por la acupuntura o Terapia de Reprogramación Mental, otros necesitan de un buen fisioterapeuta u osteópata para hacer reaccionar al organismo y algunos deben de iniciar su recuperación con sesiones energéticas o de psicoterapia... Pero lo que sí nos pasa a todos, en algún momento de nuestro camino es que necesitamos de una restauración de nutrientes esenciales, a través de la alimentación primero y, si fuese necesario, de suplementación. El terapeuta Holístico es el profesional adecuado que, con su sabiduría y honradez, estudia tu caso y te propone la ruta más adecuada.
En conclusión, muchos de los pequeños "achaques" que tenemos en el día a día son señales que nuestro cuerpo nos da, indicándonos que algo no va bien, por eso es tan importante escucharle, entendiendo su lenguaje y composición y ayudándole cuanto antes. Además una alimentación inteligente, basada en la variedad, sostenibilidad y consciente de las deficiencias que hay en los alimentos y cómo compensarlos, es primordial para alejarnos lo más posible de la enfermedad y el envejecimiento.