Entender y transmutar emociones
Hoy vamos a hablar de qué son las emociones, para qué sirven y cómo podemos modificarlas en pro de nuestro bienestar.
Una emoción es un estado afectivo de conciencia que responde a unos estímulos sensoriales. Funciona de la siguiente manera, la amígdala (situada en el cerebro límbico) recibe un estímulo a través de los sentidos y ofrece una reacción, la respuesta emocional que mejor se adapte a la situación que estemos experimentando.
En 1972 el PsicólogoS#L#T#B0 reconoció 6 emociones básicas en todos los seres humanos. Estas son: Miedo, Disgusto, Ira, Sorpresa, Felicidad, Tristeza. Posteriormente se ha debatido sobre si se deberían incluir otras como lo son la Vergüenza, el Desprecio o el Orgullo.
Actualmente las emociones básicas se reducen a cuatro: Miedo, Rabia, Alegría, Tristeza, entendiendo el resto como el resultado de la combinación de dos emociones primarias.
El papel de las emociones
Pero ¿para qué sirven las emociones, que papel tienen? Las emociones cumplen dos funciones muy importantes:
- Por un lado, actúan como radar que nos ofrece información relevante sobre una situación. Gracias a ellas, a lo que sentimos, podemos identificar lo que nos atrae, lo que nos hace felices, lo que queremos de verdad y viceversa.
- Y por otro lado son un potente recurso para impulsarnos hacia nuestras metas. Nos ofrecen la energía para disfrutar de las acciones que nos llevan a crear el futuro que queremos.
Trabajar y aprender a moldear las emociones
Para trabajar y aprender a moldear las emociones es importante conocer su estructura. En una emoción interviene nuestro lenguaje, nuestra corporalidad y nuestro enfoque. ¿Qué quiere decir esto?
El Lenguaje es el qué nos decimos, qué etiqueta le ponemos a lo que nos pasa, ¿Es correcto o incorrecto, está bien o mal visto, es una injusticia o una oportunidad de crecimiento?
En segundo lugar, está el enfoque que determina nuestra percepción de la realidad, cómo vemos las cosas, qué percibimos. ¿Nos enfocamos hacia la solución o hacia el problema? ¿En lo que quiero o en lo que no quiero? ¿En lo positivo o en lo negativo?
Y, por último, la Corporalidad, que hace referencia a lo que ocurre en nuestro cuerpo. Qué sentimos al experimentar esa emoción, dónde lo sentimos, cual es nuestra posición corporal, nuestro tono de voz, expresión facial, atender a si la respiración es tranquila o agitada…
Modificando cualquiera de las tres partes de la estructura, podemos modificar la emoción y lograr pasar de una negativa a una positiva. Obviamente, si en lugar de cambiar sólo una de las variables, cambiamos dos o incluso las tres, el cambio será mucho más rápido.
Como has podido ver, tenemos la capacidad de elegir cómo sentirnos si contamos con las herramientas adecuadas y aquí es donde entra el papel del Coach.
Nuestra misión es ayudarte a entender qué quieres y porqué lo quieres, fijar objetivos, y crear un plan estratégico para lograr cambios en el menor tiempo posible, aumentar así tu calidad de vida y convertir objetivos en realidades.
Ha llegado tu momento, deja las excusas recurrentes “no tengo tiempo” y/o “no tengo dinero”, y pregúntate a ti mismo:
¿Qué camino elijo?