La microcirculación en la enfermedad: terapia BEMER
Llevo trabajando años como profesional en el mundo de la medicina natural y las terapias alternativas, poniendo siempre en práctica todos aquellos conocimientos que me son necesarios para la mejora de la salud de cada persona que llega a mi consulta por unos u otros medios.
Ahora, sin embargo, me siento en la obligación de ser yo quien salga en la búsqueda de aquellas personas a las que creo que debo -como mínimo- informar acerca de una excelente terapia que, ya hace más de un año, llegó a mis manos. Se trata de la Terapia Físico Vascular BEMER, nacida en Alemania hace ya casi veinte años y recientemente llegada a España.
Este sistema, con certificación médica, ha sido diseñado para una notable y probada mejora de la salud desde el campo de la profilaxis o prevención, activando el sistema inmunitario y facilitando la nutrición celular, hasta la obtención de unos magníficos resultados en tratamientos de importantes enfermedades, lesiones óseas o musculares y cicatrización, entre otros; y todo ello partiendo desde la estimulación y regulación de la microcirculación que, al fin y al cabo, es la base de nuestra salud.
El tratamiento con Bemer es cómodo y sencillo. Trabajo con él en consulta y lo uso también a nivel particular, y a día de hoy aún me sigo asombrando por sus efectos sobre la salud y su apoyo a la hora de complementarlo con cualquier otro tratamiento aplicado.
¿Qué es la terapia BEMER?
BEMER es una terapia físico vascular que activa la microcirculación mejorando el rendimiento de todas las células, lo que lleva a un alivio del dolor y un fomento del poder curativo y regenerativo del propio cuerpo.
El estrés, la falta de sueño, una mala alimentación, hábitos poco saludables, enfermedades y , por supuesto, la edad, ralentizan el movimiento de bombeo de los vasos sanguíneos más pequeños. Esto se aplica a la gran mayoría de personas. Como resultado, las células sanguíneas se mueven mucho más despacio y no pueden cumplir adecuadamente con su cometido. Un suministro deficiente a tejidos y órganos lleva a largo plazo a una disminución del rendimiento físico y mental, dolores, malestar y enfermedades.
Es un método moderno e innovador para proteger la salud, del que no se conocen efectos secundarios. BEMER es un producto médico aprobado oficialmente en la UE (CE0483) de clase 2A (93/42/CEE).
¿Cómo surge BEMER ?
La historia de la tecnología BEMER se inició en 1998 por el Doctor Rainer Klopp, director del prestigioso Instituto de Microcirculación de Berlín. Su intención era desarrollar una señal específica de campo electromagnético que llegara a reactivar y regular esa zona tan importante e inaccesible del organismo como es la microcirculación sanguínea, provocando una estimulación de la contracción rítmica de los microvasos.
La base que fundamentaba las investigaciones del Doctor Klopp era que de las aproximadamente 45.000 enfermedades que existen en el mundo, la mayoría de ellas se debían a una microcirculación alterada.
A partir de 2004 estudios científicos realizados en este Instituto por medio de microscopía intravital (una técnica muy compleja que representa y mide los procesos de la microcirculación) revelaron que el uso de esta específica señal física producía en hombres sanos y jóvenes sometidos a infecciones, cambios positivos en las características de la microcirculación (tales como la vasomoción, la distribución de sangre en capilares, el flujo de las vénulas y la utilización de oxígeno) de tal magnitud como nunca antes se había logrado en los numerosos estudios que el Instituto había realizado administrando medicinas. Este hecho despertó el interés de los investigadores, y fue el comienzo de nuevas investigaciones y esfuerzos en el desarrollo de esta tecnología.
Hoy en día la tecnología BEMER representa el método de tratamiento físico más eficaz para regular la disfunción de la microcirculación. Esta terapia es realmente una opción de tratamiento sin precedentes, y se debería usar en la práctica médica como una terapia complementaria para la mejora de un sistema microcirculatorio deteriorado.
Los equipos BEMER son de fabricación alemana y tecnología suiza, y en la actualidad se usan ya en más de 20 paises de los 5 continentes, con más de un millón de personas que lo usan a diario. Es desde hace dos años cuando en España estamos siendo testigos de sus excelentes resultados, tanto en medicina como en el mundo del deporte.
¿Cómo actúa BEMER?
La terapia físico vascular BEMER estimula el movimiento de bombeo de los vasos sanguíneos más pequeños a través de señales de estimulación transmitidas electromagnéticamente. De este modo, el flujo sanguíneo en la zona de la microcirculación vuelve a normalizarse, las células del cuerpo se abastecen mejor y pueden realizar su función correctamente.
Según comprobaciones en el Instituto de Microcirculación de Berlín, se produce:
- 27% aceleración de la vasomoción.
- 29% mejor distribución sanguínea en la red capilar.
- 31% incremento del flujo venoso.
- 29% mayor extracción de oxígeno.
¿Para qué se aplica?
En general, la terapia físico vascular BEMER supone una ayuda para los mecanismos de regulación corporales, la prevención y los procesos de regeneración y rehabilitación.
La terapia se usa de manera muy eficaz para:
- Mejorar el riego sanguíneo en órganos y tejidos y, por lo tanto, aumentar su regeneración.
- Favorecer el sistema inmunitario.
- Disminuir el dolor.
- Aumentar el rendimiento y tonificación de la energía física y mental.
- Aumentar la mejora de las enfermedades.
- Favorecer la cicatrización de heridas y curación de lesiones deportivas.
- Reducir los tiempos de regeneración y recuperación en entrenamientos deportivos.
Hay que decir que las células encargadas del impulso microcirculatorio no tienen receptores, por lo que no existe la posibilidad de influir directamente sobre ellas con ningún fármaco.
La medicina oficial no conocía al detalle la microcirculación y la consideraba como algo subsidiario de la circulación general; aunque por supuesto siempre se ha tenido la circulación sanguínea como vehículo esencial de la biología. La farmacología ha desarrollado para estimularla vasodilatadores, antinflamatorios…; pero eso sólo afecta directamente a la circulación mayor, o sea, las arterias y venas más gruesas (el 11,5% y el 14,5% respectivamente del total del sistema circulatorio). A la profusa red microcirculatoria (74%, unos 100.000 km) ningún fármaco le puede afectar directamente, ya que sus células vasomotrices no tienen receptores.
Indirectamente, sí que se puede llegar a estimular, hasta cierto punto la microcirculación, pero de forma precaria y, a veces, peligrosa: por calentamiento, dilatación, radiación, hipotermia-hipertermia…
Para estimular la circulación se aconseja hacer ejercicio de forma habitual. Con ello se puede conseguir un incremento de la oxigenación celular de entre un 3% y un 7%, según la persona y el ejercicio desarrollado. Para obtener este resultado, sería necesario dar un mínimo de 10.000 pasos al día.
En BEMER disponemos de una tecnología que aplicada 8 minutos dos veces al día llega a aumentar la aportación de oxígeno a las células un 30%. Una señal biofísica que es el único método en el mundo, hasta hoy, capaz de estimular y reprogramar directamente el sistema microcirculatorio.
Más de 800 artículos y unos 60 estudios científicos publicados a nivel mundial y los que pronto van a salir sobre la última generación de la señal, avalan este único sistema capaz de activar la microcirculación de una forma extraordinariamente eficiente. Por tal motivo se le ha dado a BEMER una cualificación y nomenclatura médica: equipo de Terapia Físico Vascular con certificación médica tipo 2A.
¿Cómo se aplica BEMER?
Como ya dijimos anteriormente, la señal BEMER aplicada tan sólo durante 8 minutos dos veces al día tendría un efecto de regulación en todo el sistema microcirculatorio . Su uso es tan sencillo como colocarse sobre un aplicador general para todo el cuerpo y/o usar los aplicadores locales para zonas o lesiones concretas.
¿Cómo actúa BEMER en el deporte?
En el deporte amateur y profesional, BEMER influye de manera muy importante. A través de la irrigación apropiada de los vasos sanguíneos más pequeños, se consiguen tiempos de calentamiento más cortos, así como una regeneración más rápida y, de este modo, los entrenamientos se hacen más efectivos.
Beneficios:
- Aumenta el umbral anaeróbico.
- Asegura una rápida regeneración.
- Mejora el nivel de entrenamiento.
- Aumenta la capacidad de rendimiento.
- Reduce el riesgo de lesiones.
- Acelera la curación de lesiones deportivas.
- Minimiza los tiempos de ausencia a los entrenamientos.
- Optimiza la preparación para competiciones.
- Fortalece el sistema inmunitario y reduce el riesgo de infecciones.
- Facilita la eliminación de residuos metabólicos (ácido láctico).
- Su empleo coadyuvante incrementa la microcirculación, mejora la fluidez de la sangre y el aporte de oxigeno y nutrientes a las células musculares.
Todos ellos son puntos fuertes y ventajas que convencen en el deporte de alta competición haciendo que BEMER sea un tratamiento cada vez más apreciado en círculos deportivos.
Es importante destacar que los efectos que la terapia BEMER produce en el deportista, aun siendo los mismos que los que produce el dopaje (el aumento de la resistencia, la mejora de la oxigenación celular y la recuperación) y al ser creados de forma natural por el organismo, sin la ingesta de sustancias nocivas para la salud, nunca darían un resultado positivo en una analítica de control antidopping.