Especial infancia - Revista EDBO nº6
Ángeles Wolder, directora de la Escuela de Descodificación Biológica Original, ha preparado este artículo exclusivo sobre la infancia para presentar la edición de nuestra Revista EDBO nº 6 - Especial Infancia.
Las palabras niñez o infancia hacen alusión a la primera etapa de la vida del ser humano, que va del nacimiento a la pubertad. Es un momento de mucha riqueza en todos los sentidos, desde el conseguir sobrevivir a los aprendizajes más sensibles, sobre todo teniendo en cuenta que todo lo que ocurre en la vida de ese ser pasa por primera vez y queda registrado como una impronta o huella. Estas serán la base de los conflictos programantes.
La palabra 'infancia' viene del latín 'infans' que significa 'el que no habla', basado en el verbo 'for' (hablar, decir). Éste hace referencia a no expresarse de manera inteligible para otros. Si lo miramos desde el adulto, todo niño (igual que toda persona) se expresa desde el primer instante de vida, sólo que lo hace desde la madurez de cada instante. Por ejemplo, un bebe llora por hambre de una determinada manera y la madre que está sana - emocionalmente hablando - comprende la petición. Los adultos que no han podido sanar su propio pasado tendrán mayores dificultades para entender qué le ocurre.
La infancia es una etapa maravillosa si se está bien acompañado. Y sino, habrá que trabajar un poco más para tener - como dijo Tim Robbins - “una infancia feliz”, y nunca será tarde para hacerlo.
Un primer paso en ese camino es aprender a reconocer nuestros estados emocionales. Ahí radicó la primera dificultad de comunicación. Un niño que no pudo poner palabras a lo que estaba sintiendo se quedó con un montón de sensaciones acumuladas sin poder expresar. Hay que recordar que un choque biológico es una situación inesperada, dramática, sin solución y sin expresión. Y descodificar es ir al encuentro de lo no expresado y sentirlo en el cuerpo para comience una liberación y descarga del dolor vivido en el pasado, incluso llegando a despertar las improntas primarias. Es en esos momentos donde hubo una dificultad de expresión junto al anhelo de escapar del dolor de sentir. Al niño que le costó una experiencia en la infancia a menudo le cuesta manifestarla de adulto, y en ese espacio de tensión se ha de ser creativo para permitir la expresión.
Freud dijo: "No puedo pensar en ninguna necesidad de la infancia tan fuerte como la necesidad de protección de un padre”, y para poder expresar se necesita estar protegido y en un ambiente seguro.
Si cerramos los ojos y sentimos que estamos con nuestro niño o niña volveremos a conectar con sus necesidades, y es probable que estas sean de afecto, de compañía, de seguridad, confianza, mirada, escucha y protección. Seguro que hay muchas más, aunque estas son casi universales. Cuando han escaseado es probable que se les pida a otros que nos las cubran, pero la buena nueva es que sólo nosotros lo podremos conseguir y que todos tenemos todos los recursos dentro para calmar al niño/a que en otro momento sufrió. Las herramientas las podemos adquirir y ponerlas en marcha, depende sólo de nuestra voluntad.
¡Buen camino de regreso a ti!