Jamás tendremos una vida saludable
Rectificar siempre es un acto de conocimiento y, aunque sea tarde, siempre es un triunfo personal.
Dentro del circulo de las terapias o técnicas naturales de salud, se habla siempre del fracaso de la medicina convencional. Hoy tras mi experiencia personal, considero un error hablar del fracaso de la medicina convencional, pues creo que esta justamente donde las grandes corporaciones farmacéuticas quieren que este.
Si hacemos un breve repaso a todo lo acontecido dentro del mundo de la salud, veremos que el gran fracaso lo ha cosechado el entorno de la medicina integrativa, desde la naturopatía hasta la acupuntura, pasando por la homeopatía. Y en un gran porcentaje, este fracaso se debe a la falta de corporativismo. Los que vemos la medicina desde óptica, no solo luchamos contra el poder de la medicina convencional y las grandes corporaciones farmacéuticas que marcan el camino a seguir, también nos enfrentamos a las diferentes técnicas naturales de salud que han proliferado como las setas y que carecen de la mas minima evidencia.
Bajo mi punto de vista, por mucha diversidad de medicinas que existan y más que puedan aparecer, jamás solucionaremos el gran problema de la Salud. Los principios de la medicina son curar y proteger la Salud de las personas, y para ello necesitamos estar informados. De no cambiar el sistema, irremediablemente, cada año morirán más personas en el mundo.
Los culpables de la aparición de enfermedades, somos nosotros mismos, que evolucionamos de forma errónea buscando, comodidad y grandes beneficios, ello genera Industria por el exceso de contaminación.
La evolución errónea no sólo engloba la evolución misma, sino también la destrucción de los medios que posibilitan este hecho.
El ser humano ha elegido un sistema de “evolución errónea” que no sólo implica transformación del medio sino también su destrucción. Uno de los principales factores causantes de los grandes cambios en el clima y en nuestra salud, es la contaminación generada por las grandes industrias existentes que, día a día, desempeñan sus actividades sin medir las repercusiones en nuestra salud que pueden tener las mismas, como el desecho indebido de sustancias nocivas y tóxicas. Los constantes cambios socioeconómicos son los responsables de estas iniciativas nocivas para nuestra salud pues, día a día, sus exigencias son cada vez mayores, dando como resultado consecuencias irreversibles.
Principales industrias responsables del deterioro progresivo del medio ambiente y salud
Las principales industrias responsables del deterioro progresivo del medio ambiente, y en consecuencia de nuestra salud son:
La industria química
Debido a ésta, existe un número creciente de especies animales en peligro de extinción, como consecuencia a la constantemente diseminación de sustancias tóxicas para los seres vivos; además de la utilización de los recursos naturales cuya existencia disminuye día a día.
La industria de los colorantes
Es la encargada de la grave contaminación de vías fluviales en lo que al tema respecta, pues las aguas residuales no tratadas producto de sus actividades internas, desembocan en los ríos.
Los desechos industriales son una de las principales fuentes de contaminación ambiental. En todo el mundo, los efluentes industriales contaminan el aire, el agua y el suelo dentro y alrededor de los sitios industriales.
Industria de fabricación de productos
La industria de fabricación de productos ha crecido rápidamente en las últimas décadas. El crecimiento económico de muchas naciones ha promovido el crecimiento del consumismo en la población de esas naciones, lo que a su vez ha desencadenado una demanda de bienes de consumo. Por lo tanto, las factorías de fabricación de productos surgen en todas partes. La fabricación de productos implica el uso de muchos productos químicos y los efluentes de dichas unidades de fabricación están cargados con contaminantes como cromo, plomo, cianuro, mercurio, cadmio, etc., que contaminan el medioambiente alrededor de dichas unidades.
La fabricación química que producen una amplia gama de productos químicos como plásticos, pinturas, explosivos, tintes, productos farmacéuticos, petroquímicos y más. No hay duda de que estos químicos durante su producción generan volúmenes significativos de desechos tóxicos y subproductos. El mercado constantemente cambiante de productos químicos conduce a una alteración en las tecnologías y los procesos utilizados en estos productos químicos.
Las prácticas irresponsables y sin escrúpulos a menudo ponen en peligro las vidas de las personas que viven cerca de la fabricación de sustancias químicas debido a enfermedades y trastornos inducidos por la contaminación ambiental.
Industria textil
Y no olvidemos la industria textil, una de las más contaminantes del mundo, llegando a utilizar más PET que el sector de consumo, la mayoría de las fibras están hechas de plásticos, y el plástico como ya sabemos en contaminante.
Esta industria arroja datos tan alarmantes como que se gastan 13.000 litros de agua para cultivar, procesar y teñir un kilo de algodón con el que se confeccionan tan solo cinco camisetas, o que el 20% de los vertidos tóxicos que llegan al agua proceden de la industria textil. Datos como que la fibra de poliéster tarda 200 años en descomponerse o que la producción de algodón acapara el 24% de los insecticidas utilizados en el mundo. Y, todo este deterioro para que al final la ropa acabe en el cubo de la basura. En la actualidad se fabrican más 100.000 millones de prendas al año en el mundo y en los últimos 15 años se ha multiplicado por dos.
Industria alimentaria
Por otro lado, nos encontramos con la industria alimentaria que utiliza sustancias y aditivos que afectan nuestra salud como: conservantes, colorantes emulsionantes, etc. La OMS recomienda para una dieta de 2000 calorías, que la proporción de azúcar no supere los 30-50 gramos diarios. Sin embargo, la OMS no informa a la población que una lata de coca-cola u otros refrescos contienen 35 gr de azúcar que, por sí sola, superan la dosis mínima.
Enfermedad y comida basura son caras de la misma moneda. La carne que comemos procede de animales hacinados y alimentados con piensos. Para su engorde rápido y paliar las consecuencias de una “vida” enferma son llenados de antibióticos y anabolizantes. La industria alimentaria obtiene más rápido, más kilos de carne y más barata, impulsando una dieta basada en un alto consumo de proteína animal que nos enferma. Este tipo de dieta, escasa en fibras, verduras y cereales, provoca diabetes, colesterol, afecciones coronarias, cáncer e hipertensión, a los mayores y cada vez más, a los jóvenes y niños.
La sociedad a adoptado un hábito consumista invadiendo el ámbito de la comida, identificando a través de la publicidad, ocio y consumo y propagando un patrón alimentario urbano, insano y con escasos nutrientes. Pese a la alarma por las enfermedades derivadas del cambio alimentario, nada se hace desde las instituciones. La publicidad agresiva de la comida basura, bebidas refrescantes, helados y dulces, que las multinacionales de la alimentación lanzan sobre la población en general, se despliega libremente sin obstáculos legales o sociales.
Las instituciones responsables de nuestra Salud, emplean estrategias para proteger los intereses económicos de las empresas responsables de las enfermedades alimentarias. No evalúa los daños que el consumo de la comida basura y los refrescos producen entre la población, en particular en niños y adolescentes. No alerta sobre los eminentes peligros futuros de este modelo de consumo. No prohíbe su venta en las escuelas, tal como han solicitado la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad y la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición.
Las empresas de la alimentación basura lavan su imagen, mostrándose como benefactores de los más desfavorecidos a través de campañas que incentivan el deporte recordándonos, cínicamente, los beneficios de una dieta sana, al tiempo que, en estas mismas campañas, ocultan los daños que estos productos ocasionan a nuestra salud.
Industria cosmética
La industria cosmética, que nos ofrece infinidad de productos llenos de sustancias y aditivos tóxicos que son absorbidos por nuestra piel, lo que sin la menor duda, aportará deficiencias en nuestro organismo.
Como podemos ver contamos con un amplio abanico de factores que hacen de todos nosotros un campo de cultivo para cualquier enfermedad. Y todo ello con nuestro beneplácito y el de las autoridades sanitarias a las cuales pagamos para proteger nuestra salud.
Si a todo lo expuesto sumamos que nuestro organismo necesita diariamente vitaminas, minerales, oligoelementos, ácidos grasos omega-3 y otras sustancias vitales, las cuales no aportamos con nuestra nutrición, mi respuesta es clara y contundente:
Respiramos veneno, comemos veneno, nos aseamos con veneno, nos vestimos con veneno, además del estrés al que estamos sometidos en el día a día, mantener un buen estado de salud, es simplemente un Mito.
No podemos reparar los daños causados en los últimos cincuenta años, pero es de suma importancia empezar a tomar consciencia acerca del daño que le causamos constantemente a nuestro organismo para así poder detenerlo. Los ciudadanos debemos oponernos a las grandes corporaciones, que solo tienen por objetivo la acumulación de beneficios económicos con los que compran voluntades. Los medios de comunicación, médicos, políticos y ciudadanos debemos oponernos a este sistema que está acabando con millones de vidas humanas. Todos unidos debemos informar y enfrentarnos a todas aquellas actividades que deteriora nuestra Salud, y de esta forma hacerle comprender que su poder no nos asusta, que no consentiremos el quebranto de nuestros derechos fundamentales básicos, que no nos intimidaran y que no podrán silenciarnos.
Si el mundo se une para evitar el cambio climático, también puede unirse para evitar el sufrimiento y extinción del ser humano.