Factores que influyen en la vitalización del agua
El agua natural viva es un agua que se mueve, que fluye y se arremolina constantemente. Esta es la base de un agua saludable. La extrema fuerza centrífuga de los vórtices centrípetos presentes en toda la naturaleza (y desde hace algunos años también en algunos sistemas de vitalización de agua) elimina las estructuras no armónicas del agua. Las estructuras no armónicas se disuelven y la estructura del agua se renueva por completo. Ya he escrito varios artículos sobre esta importante función del vórtice, que están publicados en otro lugar. Esta no es la cuestión que se va a tratar hoy.
Obviamente existen otros factores más que influyen en la calidad del agua. Estos otros factores se activan realmente solo después de un intenso remolineado y la eliminación de las frecuencias contaminantes. En la naturaleza, el agua también se reestructura y realinea de esta manera.
Sin embargo, el agua presenta una resonancia elemental que no puede ser eliminada ni siquiera por medio de remolinos, y así es como debe ser. Hablamos de la resonancia de Schumann necesaria para la vida en la tierra y a la que están conectadas todas las cosas vivas de este planeta. La resonancia Schumann es un conjunto estable de varias frecuencias que rodean nuestro planeta. La resonancia lleva el nombre del físico W. O. Schumann por ser el primero capaz de calcularla con precisión a 7,83 Hz en 1952. ¡Cuanto más nos alejamos de esta frecuencia, más nos alejamos de la vida! De ahí que esta resonancia sea esencial para la existencia y supervivencia de toda estructura viva en este hábitat.
Pero en este mundo material en el que vivimos existen muchas más frecuencias. De hecho, hay tantas frecuencias como cosas materiales existen en este mundo, porque todas las cosas tienen su propia frecuencia.
El término frecuencia en realidad proviene del ámbito de la acústica. Pero dado que toda materia está compuesta por átomos que tienen protones y neutrones cargados eléctricamente, la materia también emite su frecuencia típica. ¿Qué tienen que ver estos patrones de frecuencia con el agua? Se almacenan en el agua como una imagen sombra del mundo material. El agua reconoce la información y la reconstruye en forma de cadenas de moléculas de agua. Estos patrones de vibración representan una variedad aparentemente ilimitada de información. Las estructuras armoniosas de estas frecuencias se encuentran y se complementan entre sí. Es como un gran coro que canta una canción; como cuando miles de voces cantan a la vez, por ejemplo, un hermoso villancico de Navidad, el resultado es colosal. En este caso, ni siquiera se percibe la presencia de dos o tres notas disonantes. Pero si cada vez aparecen más voces cantando reguetón, en algún momento la hermosa melodía se desvanece y la canción original se distorsiona hasta hacerse irreconocible.
Las estructuras del agua podrían describirse como la memoria del agua. Los patrones de frecuencia armoniosos en el agua son compuestos moleculares que están dispuestos como cristales líquidos. Diferentes estudios ya nos han mostrado las hermosas fotografías de cristales de agua que se pueden obtener de ellos. (Dr. Masaru Emoto, Japón; Dr. Bernd Kröplin, Universidad Stuttgart, Alexander Lauterwasser, Überlingen/Alemania, Instituto Ciencias corrientes fluidos, Bad Herrischried). Básicamente, son copias digitales de las sustancias con las que el agua entra en contacto.
Cuando el agua ya no contiene contaminantes ni frecuencias contaminantes, es posible aplicar otros métodos de refinamiento del agua de manera muy eficaz. Pero si estos métodos de refinamiento se aplican antes de filtrar y remolinear el agua, no tendrán mucho efecto. Siempre que sea posible, hay que aplicarlos después de la filtración. Las energías procedentes de vitalizaciones en armonía con la naturaleza vibran armoniosamente y están conectadas con el todo.
Cómo distinguir la influencia de las diferentes frecuencias en el agua
Para nosotros siempre será más fácil tomar como ejemplo nuestras propias sensaciones. El ser humano percibe más de dos terceras partes de las frecuencias a través de los ojos. Se trata de impresiones que van y vienen porque no les prestamos atención. Podrían considerarse como "probabilidades latentes". Solo adquieren su dinámica en otra área de percepción.
Las impresiones cobran importancia cuando son captadas (ya sea de forma consciente o inconsciente) por nuestra percepción a través de nuestro oído. Esta percepción comienza mucho antes y va mucho más allá de nuestra percepción acústica. Aunque este intervalo de frecuencias es más bajo, es tan infinitamente profundo que probablemente nunca podremos localizar su verdadero origen. Una vez activadas, pueden convertirse en fuerzas elementales. Sobre la base de un gran número de experiencias, pruebas históricas y trabajos científicos, actualmente ya es posible asumir con un alto grado de certeza que estas relaciones también existen en el agua.
La energía del sol, del viento, del fuego, de la voz, de la música y especialmente de los pensamientos y sentimientos hace vibrar los patrones de frecuencia de la información.
Las vibraciones comienzan en el mundo de las partículas más pequeñas
Que las moléculas liberan energía desde su núcleo es un hecho científicamente probado por la física cuántica. Toda vibración tiene su origen en una frecuencia. Esto resulta en una variedad de patrones de vibración con sus amplitudes y ritmos. La energía se transporta mediante la transmisión de las vibraciones. La coherencia de un patrón de vibración no solo es una acumulación de las mismas ondas, sino una enorme fuerza física. La vibración producida por un grupo de personas que dan un paso al mismo tiempo puede provocar el derrumbe de un puente.
Conviene señalar que conocemos dos formas de energía. La energía medible físicamente (la corriente eléctrica, por ejemplo, se puede medir directamente) y la no medible físicamente, la cual se mide por el efecto que produce en el objeto. Con frecuencia surgen diferencias de opinión innecesarias cuando se intenta comparar dos áreas completamente diferentes entre sí por error.
La "Geometría Sagrada" es un lenguaje universal de la naturaleza
La Geometría Sagrada comprende varios fenómenos que se conocen desde hace miles de años, como la proporción áurea, la flor de la vida, los sólidos platónicos, los números de Fibonacci, las piedras armónicas y las piedras preciosas. El vórtice es también parte de la Geometría Sagrada. El comportamiento giratorio del movimiento del vórtice orientado hacia el interior ocupa un lugar especial en la vitalización del agua, aunque en la naturaleza en realidad todo interactúa de forma armoniosa.
La flor de la vida es un símbolo que describe de forma gráfica y a distintos niveles el poder de la Geometría Sagrada. Como modelo holográfico, reconocemos en ella la forma toroidal como un vórtice primitivo y una fuerza magnética simultáneamente. El agua reconstruye en sí misma la huella de esta forma original como una estructura holográfica. A este respecto, a menudo se olvida que la composición de un holograma no es la de un mosaico, donde diferentes partículas individuales juntas forman un todo, sino que cada partícula individual lleva dentro de sí misma la armonía de toda la información. La flor de un cerezo "sabe" que es parte del cerezo. La calidad del agua y de los alimentos nos afecta en gran medida debido al campo electromagnético resultante y no solo debido a la degradación metabólica de las sustancias materiales. Cuanto mayor sea la armonía, más intenso será el efecto.
La proporción áurea también forma parte de la Geometría Sagrada. Esta medida aparece en todas partes en la naturaleza representada en forma de dos segmentos: uno más pequeño y otro más grande. La relación del segmento más pequeño con el más grande es la misma que la relación del segmento más grande con el todo original. Una partícula individual solo adquiere significado en conexión con el todo. De nuevo, cada proporción contiene la información de su origen. No se trata pues de una fragmentación arbitraria, sino que todas las partes individuales siguen en resonancia con el todo. La proporción áurea es la representación de la energía vital. Este principio se puede observar en todas partes en la naturaleza. Esta pista procedente de la investigación sobre las partículas elementales sería muy útil para los genetistas, para la investigación farmacéutica y también para nuestros políticos. La premisa "divide y vencerás" no existe en la naturaleza. La Geometría Sagrada alberga el plano del universo.
La Geometría Sagrada también abarca la forma geométricamente condensada de las piedras preciosas. Los ángulos de las piedras preciosas con respecto a las superficies internas siempre son constantes. Aunque la Geometría Sagrada se puede calcular e identificar por sus efectos, estoy segura de que estamos lejos de haberla entendido por completo. Tanto Drunvalo Melchizedek, con orientación espiritual, como Andreas Beutel, con orientación matemática, llegan a los mismos resultados y probablemente son los mejores expertos en este campo en la actualidad.
¿Puede el agua tener propiedades magnéticas?
El agua no tiene campo magnético propio. Ahora bien, tan pronto como un campo magnético externo actúa sobre las moléculas de agua, en el interior de los átomos de agua se activan fuerzas eléctricas, de manera que las moléculas se hacen más pequeñas y asumen una dirección de flujo coherente a través del agua materialmente disponible. El campo magnético externo induce, por así decirlo, una débil fuerza magnética inversa, conocida como diamagnetismo. La magnetización del agua activa pues un movimiento en el interior el átomo de agua (protones, electrones). Se trata de una fuerza aparentemente débil, pero que es capaz de hacer que las moléculas de agua cambien de orientación. Esto no requiere de una fuerza magnética externa muy fuerte, sino precisamente en la proporción adecuada. La naturaleza no desperdicia la energía.
Recientes investigaciones han demostrado que los beneficios para la salud del agua vitalizada van mucho más allá de lo que indica la fórmula química H2O. Las frecuencias negativas generan sus propias energías negativas. Cuando estas aumentan, llega un momento en el que se infiltran entre las vibraciones positivas y el agua no solo ya no puede curar, sino que puede perjudicar significativamente nuestra salud tanto a nivel estructural como a nivel material. Más de dos terceras partes de nuestro cuerpo está constituido por agua y la calidad del agua influye en toda la materia.
Estas no son visiones esotéricas, sino que se pueden probar científicamente mediante muchos modelos de la física (la energía libre según Gibbs, Tesla, el experimento de la doble rendija, el generador de gotas de agua de Kelvin y la hidrodinámica). La calidad del agua de hoy en día, con sus devastadoras frecuencias contaminantes, ya no transmite ningún patrón de frecuencia curativo. La idea de que esto haya sido posible alguna vez queda tan lejos que ya no somos capaces siquiera de imaginarla. Fue el Dr. Japonés Masaru Emoto, con sus fotografías de cristales de agua, quien hace 25 años hizo que la gente volviera a reflexionar sobre la naturaleza del agua.
El agua viva difiere de forma elemental y fundamental del agua embotellada o del grifo. Al igual que el agua del mar no es un agua potable, el agua funcional industrial tampoco lo es. Por lo tanto, lo lógico sería acuñar un término completamente nuevo para esta agua. Porque solo un agua con alto contenido energético activa en nosotros las hormonas esenciales y los componentes de la vida que deben activarse en nuestro cuerpo para poder funcionar. Yo denomino esta agua como "Agua Viva" de acuerdo con los hallazgos y la investigación práctica que Viktor Schauberger nos dejó en la primera mitad del siglo XX.