Equilibrio emocional en el sobrepeso
Emociones que pesan
Sin equilibrio emocional, ninguna dieta llega a ser efectiva en la mayoría de los casos. Siempre entra en juego el llamado efecto rebote, y por mucho que nos esforcemos en el intento de conseguir bajar esos kilos que nos sobran, volveremos a recuperar lo perdido.
Comemos para llenar vacíos (emocionales). Nos hemos convertido en una sociedad de consumo, y he de decir que comemos por capricho.
Comemos con el cerebro para evitar angustia, para consolarnos, para tapar miedos, afrontar responsabilidades, para castigarnos, para premiarnos, y muchas cosas más.
Es muy importante revisar lo que tenemos guardado, identificar para qué comemos.
Nuestro cerebro es quien da la orden de iniciar la alimentación, ya sea por un recuerdo (alimento que nos causa bienestar), por ver una imagen de comida o un olor.
Si se trata de conflictos vividos con resistencia, está relacionado con la diabetes. En el caso de conflictos con impotencia, habrá que atender a problemas musculares.
Los factores de estrés, nos llevan a acumular grasa y no perderla, dependiendo de los conflictos de cada persona.
El índice de masa corporal (IMC) mayor de 25% indica que hemos alcanzado sobrepeso, que tenemos una acumulación de grasa considerable, y es necesario poner atención para tener un buen estado de salud.
Hoy en día, es muy fácil sobrealimentarse. Cada vez existe más comida barata, restaurantes de comida rápida, comida preparada, y todo está a nuestro alcance.
Ejercicio práctico para aprender a identificar las necesidades reales de alimento
Te propongo una práctica que trabajo en consulta, donde tan solo hay que atender a nuestro cuerpo, a nuestras necesidades. Cuando sientas hambre, identifica si es hambre porque necesitas comer o simplemente por llenar un vacío.
Cierra los ojos y pregúntate si ese alimento que te apetece comer es bueno para ti, si realmente lo necesitas para alimentarte. Conecta con tu cuerpo, y con tus emociones y te darás cuenta si comes por placer, por rellenar un vacío, que en la mayoría de los casos es emocional, o si de verdad estás comiendo por la necesidad de alimentarte.
Anota los alimentos que te apetece comer y las emociones relacionadas con cada alimento, también los recuerdos de la infancia, que son los que marcan nuestra vida adulta, y pueden estar relacionados con el sobrepeso. Por ejemplo, si de pequeños nos castigaban sin cenar, en la edad adulta comeremos muy rápido por la necesidad de proveernos de todo el alimento posible, por si un día nos falta. O en los casos en los que los padres pelean continuamente en casa, el niño siente la necesidad de comer muy deprisa porque se siente en peligro, la discusión puede terminar con agresión y eso conlleva a quedarnos sin comer, por eso en la edad adulta comeremos muy rápido, por esa vivencia.
También hay que ver los casos en los que se come demasiado despacio, o en pequeños intervalos (picoteo) durante el día:
- Presencia de hambre
- Preferencia de alimentos
- Emoción relacionada
- Recuerdos de la infancia
Cuando comenzamos a poner atención a nuestra autoestima, el cuerpo cambia. Y si lo complementamos con un adecuado consumo de calorías y gasto diario, comenzaremos a sanar.
Aprende a encontrar lo que ocurre dentro de tu cuerpo cuando conectas con un conflicto específico.
Para lograr un balance entre la mente y las emociones, es muy recomendable la práctica de meditación y yoga porque nos ayuda a conectar con nuestro interior. Otro de los beneficios es que favorece el sistema inmunológico, y el objetivo principal es conseguir un estado de calma y relajación por la estimulación del sistema nervioso parasimpático.