Trauma, un antes y un después
Hoy en día que se debate en las cortes y senados las leyes de protección al menor, las leyes de igualdad de género, o las campañas del “No es No”, “Me Too” o “Solo sí es sí” referente a la aceptación de géneros y los abusos, violaciones o pederastias, es un buen momento para publicar este artículo que durante años ha quedado en el tintero.
Es evidente para el sentido común, que parece que legisladores, juristas y políticos de colores extremos han perdido, sigo, es de sentido común que cualquier acto que atente o agreda a la aceptación, integridad y voluntad de la persona deja una herida, esta herida en psicología y psiquiatría la denominamos trauma.
Nos gusta por otra parte deleitarnos con películas y series de relatos e intrigas psicológicas, hasta hay un género para ello el Thriller psicológico, el suspense psicológico, ¿que estará pensando el “malo”, que le pasará por la cabeza y que sentirá la “víctima”, y el protagonista el salvador que razonamientos inteligentes utilizará para conseguir capturar al “malo” y salvar a la dulce “víctima”?
La realidad supera la ficcion
Como bien me gusta decir, La realidad supera la ficción.
En la sociedad humana nos encontramos con acosadores y depredadores tanto físicos como mentales y emocionales dentro de la sociedad en empresas, asociaciones, religiones, escuelas, universidades, instituciones, clubs, sectas, etc., y dentro del seno de la misma familia, formando clanes que de forma autoritaria y narcisistas se protegen por trayectoria histórica, jurídica e institucional, darse cuenta de la situación de la mujer y los niños en los países árabes, de las libertades de ideología y pensamiento en países asiáticos, del cumplimiento de los derechos humanos en países del tercer mundo.
Cualquier violación al ser humano, física, mental, emocional, deja una herida, y repito esta herida le denominamos TRAUMA.
Como la herida crea el trauma mental o emocional
El concepto de TRAUMA esta tratado por todos los autores y doctores en psiquiatría y psicología, y todos coinciden en que hay un antes y un después, a lo que se le denomina la situación traumática.
Un incidente, agresión o situación que ha generado una situación límite en el individuo generando en él una respuesta de supervivencia.
Esta respuesta de supervivencia, como la misma palabra indica, se muestra en un instante que es percibido como de vida o muerte.
La respuesta de supervivencia ante esta situación o agresión es de, parálisis, huida o enfrentamiento, esta es la parte conductual.
La parte mental, es más compleja, sabido es los lapsos de memoria y del recuerdo que sufren las victimas sobre lo ocurrido, un mecanismo para apartar la conciencia del sufrimiento.
Y emocionalmente, la víctima siente terror, miedo, pánico, rabia por la impotencia, injusticia.
El trauma y la mente
Mentalmente, frente el trauma la mente genera sus defensas y siempre da una respuesta, siempre damos una respuesta a un estímulo.
Delante de la agresión, como he mencionado, una respuesta mental es el olvido de la situación traumática, otra respuesta es la generación de recursos de afrontación y superación.
Si estos recursos en algunos casos es reforzar nuestro carácter, ser más precisos o meticulosos, y si fuese de forma física seria, estar más preparados físicamente, fuerza, agilidad, elasticidad, rapidez, etc., físicamente puede ser que el impacto rompa el musculo.
Mentalmente es mucho más complicado, en una vivencia traumática se crea una disociación, que va a crear un trastorno disociativo, viviendo un cambio de percepción conductual.
La mente va a generar toda una serie de alternativas de urgencia, de supervivencia, totalmente condicionadas por el impacto recibido, si físicamente se rompía el musculo, mentalmente se va a disociar de la realidad creando una respuesta patológica, ya que como veremos rompe lo que denominamos normalidad, para caer en el Trastorno disociativo.
Aquí estamos entrando en lo que se denominaría TEPT Trastorno de Estrés Post Traumático, después de la agresión, después de la situación traumática, la mente de la víctima ha generado un mecanismo de defensa, este mecanismo de defensa influye en toda la personalidad de la víctima, dando respuestas condicionadas o nueva respuesta a todos los estímulos de su alrededor.
Según el grado de traumatización, será también el grado de modificación condicionada de sus estímulos de respuesta, ello conlleva a toda una sintomatología de trastornos de miedos, obsesiones y fobias, que abarcan todo el aspecto de la personalidad de la víctima.
Relaciones cotidianas de cariño y afecto que marcan la relación próxima con los seres queridos y como interpretamos la seguridad y el bienestar quedan del todo afectados, mostrándose un antes y un después.
Mientras la victima traumatizada, siga en ese cambio de percepción conductual, causado por la disociación del trauma, seguirá en un estado de trastorno disociativo.
Todas las percepciones de la realidad que percibe están bajo ese filtro o estado disociativo, ve, capta y da respuesta a toda una realidad que la percibe trastornada, quedando como percepción aceptable una parte muy deteriorada de la totalidad, omite algunas partes, potencializa otras partes y transversa otras partes. Lo que su percepción conductual esta fuera de lo que le denominamos normalidad, está bajo ese estado disociativo de la realidad, causándole un Trastorno disociativo de la realidad.
Superando la ficcion
Las relaciones afectivas también son afectadas y llegan a desaparecer, al igual que la mente oculta los recuerdos de la situación traumática, creando un olvido, a nivel emocional y sensitivo también actúa, creando vacíos sensoriales, a olores, colores, gustos, sensaciones y respuestas placenteras de sexualidad y plenitud en la vida, creando un gran sentimiento de tristeza, la vida se muestra de un color gris, insípida y sin emotividad.
No todo TRAUMA es causa solo de un incidente o situación, también la reiteración constante y prolongada con menos intensidad produce el TRAUMA, nuestra mente da una respuesta a la agresión constante, a la humillación constante, al abuso constante, al acoso constante, a la ridiculización constante, la mente funciona con la indefensión aprendida.
He aprendido a rendirme, a no mostrar resistencia, a ser dócil frente al agresor, y la mente lo consigue insensibilizando el cuerpo, ya no siento, ya no padezco, ya no soy, la indefensión aprendida, una estratégica de huida de la realidad, que conlleva la negación del propio cuerpo.
Vemos aquí otro cambio de percepción conductual, una nueva disociación, creada por un impacto pequeño, de baja intensidad, pero constante, como la “gota malaya”, acosos, abusos, malos tratos constantes se convierten en esa “gota malaya” creando de nuevo disociaciones y el ya mencionado Trastorno disociativo.
Si en una situación de impacto, el trauma es más evidente, en una situación cronificada, de baja intensidad, que se ha actuado con la respuesta de la indefensión aprendida de forma cronificada durante un periodo prolongado de incluso años, el trastorno de TRAUMA, la herida y el daño emocional y mental es del mismo grado que él anterior.
Cambio de personalidad
Ahora ya empezamos a darnos cuenta de la magnitud del TRAUMA, y el cambio que se produce en la víctima, su mente ha generado un antes y un después, y ha generado en ella, la víctima, una nueva forma de dar respuesta al mundo, no cabe remarcarlo, de una forma patológica.
La mente va a generar toda una serie de características mentales que podríamos denominarlas como una “personalidad alternativa” dotada de características en previsión de una nueva situación que pueda acaecer, generando un cambio de personalidad disfuncional, el inicio en algunos casos y en otros, desgraciadamente, totalmente establecida.
Cuando vienen a consulta sus familiares remarcan; - Es otra persona, - no es ella, - cosas que le gustaban ya no le gustan, - no tiene el interés de antes, - se muestra afligida y sobre todo insensible, - paso un tiempo que lloraba por todo, ahora parece insensible, retraída, cerrada en sí misma.
La respuesta mental es la creación de una personalidad disfuncional, que cubre y protege como un caparazón toda la indefensión que sufrió.
Si no estoy protegida por la sociedad, por los compañeros, por los amigos, por la familia, me autoprotejo creándome esta coraza, una personalidad de protección.
El peligro de estas dobles personalidades surgidas del trauma es la anulación del verdadero yo, que de si ya es agredido en una sociedad competitiva, en este caso está desaparecido.
He intentado en lenguaje coloquial, mostrar el gran drama y la gran magnitud de las personas que han sido víctimas, son víctimas y serán víctimas de una parte de la humanidad que se muestra con prepotencia, autoritarismo y narcisismo, y que crea sus propias leyes para seguir manteniendo sus agresiones en el poder, como he anotado al principio del artículo.
Para juristas, políticos y lideres sociales y empresariales, que parecen haber perdido “el sentido común” nadie se traumatiza a voluntad, nadie se anula su yo a voluntad, nadie se sumerge en un mundo gris insensible sin gratificaciones de placer y gozo.
Tan solo cabe remarcar el caso contrario los psicópatas, que corren por la sociedad a sus anchas narcisistas, lideres prepotentes, dictadores, abusadores de toda índole, que por patología actúan sin empatizar con el sufrimiento que infringen a sus víctimas y a la sociedad.
Unos son verdugos y los otros víctimas, hoy he hablado de las víctimas y de cómo los legisladores las ignoran con un desconociendo y falta de empatía que roza la psicopatía, que ya va siendo hora que ilustren y pongan luz a su ignorancia sobre lo que es un TRAUMA y como trasforma a sus víctimas, que sufren sus estados emocionales, psicológicos y de salud vital de vida.
En consulta del trauma
Si la situación del pasado nos condiciona el presente, lo que se hace en consulta del trauma es desde un lugar seguro, la consulta, con técnicas siempre conscientes y seguras, después de crear un vínculo de confianza y seguridad con el terapeuta, es viajar a través de un ejercicio mental hasta el momento de la situación traumática, el pasado, y mentalmente liberar la emociona atrapada o trauma emocional, reestructurar cognitivamente la situación, y regenerar esta vez si los recursos de afrontación y superación del conflicto, empoderándonos en el presente con herramientas igualmente de superación de la realidad que hoy vivimos, generando las habilidades sociales de integración social y emocional.
Las técnicas y terapias cognitivo conductual, junto con la Terapia breve estratégica y las técnicas EMDR y Técnica de integración cerebral TIC, aseguran que la persona siempre este consciente y son las escogidas entre otras en consulta.
De esta forma damos respuesta a los casos de TRAUMA.
Recordar que el silencio en la plena escucha, la aceptación y la comprensión es una gran ayuda que les podéis ofrecer y que el abrazo es el mayor acto de amor.
Podéis seguir leyendo más artículos míos, en este portal, sobre las terapias y técnicas que aplico en consulta.