La zona de confort, por qué no afronto las dificultades

Jordi Ysàs
14 Jul 2024 lectura de 6 minutos
La zona de confort, por qué no afronto las dificultades

Le denominamos en psicoterapia la zona de confort, a esa actitud de no afrontar las situaciones y protegerse de ser expuesto.

De hecho, no es inicialmente un sitio, ni un lugar, es una forma de evitar afrontar, o evitar exponerse, por lo que dirán, o por el miedo a lo que pueda pasar.

Con ese miedo a tener resultados no deseados, miedo a situaciones no deseadas, miedo a encontrarse con gente que no deseas encontrarte.

Porque todo ello te hace cuestionar tu tranquilidad, una tranquilidad basada en la no actuación, en no afrontar, una tranquilidad que te protege de estar en situaciones y sentir sentimientos no deseados, ansiedad, angustia, miedo, temor, etc.

No quiero que se me cuestione, no quiero que se me valore, no quiero que se me compare, no quiero rivalizar, no quiero competir, todo ello me hace sentir mal y tener un sentimiento desagradable, angustioso y quiero evitarlo a toda costa.

Como veis es una actitud de no quiero afrontar lo que la vida me trae.

Y al no querer afrontar, las mil y una situación que la vida cada día te muestra, al no afrontarlas, la persona se recluye, se encierra, se queda encerrado en sus cuatro paredes, donde puede dejar de afrontar todo tipo de situaciones que no desea.

Por eso hablamos de una zona, una zona conocida y controlada que sabe que no le va a suponer ningún reto ni enfrentamiento.

Mujer mirando a la ventana pensativa

Puede ser un círculo pequeño de contactos, trabajo, las cuatro calles del barrio donde reside y su casa.

En el trabajo se relaciona el mínimo para cumplir con sus obligaciones, en el barrio se relaciona el mínimo para satisfacer sus necesidades, compras, servicios, etc., y su casa se ha convertido en su fortaleza refugio, puede estar seguro, sin ser visto, valorado o cuestionado.

Por eso se le llama la zona de confort, porque la persona se ha vuelto cómodo, con esta actitud de no afrontar las situaciones y con esa actitud de renuncia, el único sitio donde se encuentra cómodo es en esa reducida zona de seguridad, denominada la zona de confort.

Esta renuncia a socializar y afrontar, no se queda tan solo en esta actitud de protección en la zona de confort.

Sino que a la vez le va a demandar una necesidad de placer no satisfecha, por lo que ese aislamiento y encierro en la zona de confort conlleva todo un abanico de adicciones para obtener el placer, que no obtiene al negarse a socializar.

Esas adicciones o places adictos, se convierten en adictos, porque son el único modo de satisfacerse y obtener las tan placenteras dopaminas, y oxitocinas, que generamos al hacer o tener una reacción placentera.

Esta persona, inconscientemente, hará unos pagos al encerrarse en su castillo de seguridad, en esa zona de confort que lo aísla de afrontar las situaciones por miedo al fracaso, a la desvalorización, al que se pongan en duda y se cuestionen sus actitudes, creencias y aptitudes.

El primer pago, es que su vida se ha reducido drásticamente, se ha convertido en un mundo, en una vida pequeña, toda su vida, todo su mundo se ha reducido a una zona minúscula, si la comparamos como era antes o como lo es la de una persona con una vida social optima, que afronta las situaciones que la vida le trae.

La primera lacra es la reducción el empobrecimiento de la vida de esta persona.

El segundo pago, es la obtención del placer, como predice esta frase:

El hombre no puede vivir sin el placer.
San Agustín  (Tagaste 354 - Hipona, 430)

Actividades que se le vuelven adictivas: realidades virtuales

El placer lo va a obtener de actividades que se le vuelven adictivas, juegos online, apuestas, redes sociales, realidades virtuales, pornografía, sexo virtual, alcohol, drogas, etc.

Como vemos el pago por refugiarse es grande.

Pero aún hay otra consecuencia más funesta que lo hunde y lo excluye de cualquier proyección social, laboral o personal.

El tercer pago, es la imposibilidad de llegar al abanico de posibilidades infinitas que la vida te ofrece, llegar al abanico de posibilidades relacionales, encontrar pareja, amigos afines, y tener una vida placentera social, ya que todo ello está fuera de esa zona de confort y si sale de esa zona de confort se encuentra con un muro de dolor emocional, de todas esos sentimientos y estados emocionales que quiere evitar.

Todos ellos se le muestran como un muro que no puede atravesar, y al otro lado de ese muro de dolor emocional, que el mismo quiere evitar encerándose en su zona de confort, estan todas las posibilidades infinitas que la vida te muestra a nivel relacional.

Persona mirando con desconfianza

También se niega a todas las posibilidades del mundo laboral y profesional, ya que todas esas posibilidades también estan fuera de su zona de confort y para llegar a ellas se ha de exponerse a todo ese dolor emocional que no quiere afrontar.

Y así cuando nos referimos que su mundo, su vida se ha hecho pequeña, nos referimos a esto, que poco a poco lo va perdiendo todo, la pareja por una separación, el trabajo por un despido, la vivienda por falta de pagos, la familia por su aislamiento, los amigos por falta de relación social.

 Y así poco a poco, por el miedo al dolor que le supone afrontar ha dejado de afrontar y de esta forma pierde todo el abanico de posibilidades infinitas que la vida le ofrece cada vez que afronta las situaciones que la vida le trae.

Bien espero haber aclarado que es La zona de confort, que no tiene nada que ver con una salita de estar con un sofá súper cómodo.

Por último, me gustaría recomendaros la película documental “Stutz” biográfica del Psiquiatra Phil Stutz, en la plataforma Netflix, donde expone las técnicas psicoterapéuticas para recuperar el equilibrio emocional y dejar de evitar y empezar a afrontar lo que la vida te trae.