Por supuesto,estoy totalmente de acuerdo contigo.
Los padres han de tener en cuenta que los niños por sí mismos no saben expresar sus emociones. Cuando algo les afecta se ponen tristes, o se enfadan, pero no saben verbalizar por qué.Es tarea de los adultos darse cuenta de que debajo de ese estado de ánimo está pasando algo, y con paciencia dialogar con el niño hasta qu éste sea capaz de decir lo que ha sido y así se acostumbre a que puede ir a los padres (o educadores) y explicarles lo que le pasa antes de llegar a reacciones como el enfado, la rabia, el aislamiento, etc.