Buenos días. Creo que a nadie se le escapa que desde unos años a esta parte las calles de las ciudades se han poblado de gente que corre. Imagino que la crisis hizo que mucha gente prescindiese de pagar cuotas en los gimnasios y que las grandes cadenas de ropa deportiva barata popularizaron equipamiento que antes era patrimonio exclusivo de los deportistas profesionales. Entre amigxs bromeamos con que el antiguo "¿estudias o trabajas?" se ha cambiado por "¿pronas o supinas?", ya que quien más, quien menos, está informadx de tipos de pisada, entrenamientos progresivos, prendas técnicas y un sinfín de aspectos relacionados más o menos directamente con el running, anteriormente conocido como jogging o directamente como "salir a correr".
Yo misma soy una de esas que los domingos por la mañana se pone ropa de colorines y sale "a rodar" aprovechando el fresquito y las calles semi vacías. Y precisamente por ello, me doy cuenta de algunos errores comunes que cometemos a la hora de correr y que son fácilmente solventables:
- Postura de la columna: Muchas personas tensan los hombros y encorvan las dorsales, bien por el frío, bien por mal hábito postural. Si relajamos los hombros (porque no es necesario apretar los puños para correr) automáticamente el trapecio acomodará su posición y conseguiremos que el entrenamiento de hoy no sea un dolor de espalda mañana.
- No calentar: Es fácil ver muchas personas que según cruzan el umbral de su casa echan a correr como perseguidxs por una jauría. Someter a los músculos a ese estrés es innecesario y nos hace correr el riesgo de una lesión. Podemos caminar unos minutos, ir subiendo el ritmo, trotar y finalmente empezar a correr; el cuerpo lo agradecerá y el entrenamiento será más eficaz y menos lesivo.
- Impacto: No podemos negar que correr tiene un impacto importante sobre las articulaciones, especialmente sobre tobillos y rodillas. Además de la famosa pisada en pronación o en supinación (que, por cierto, debería valorar un podólogo o un fisioterapeuta especializado) conviene tener en cuenta nuestra forma de correr. Observo muchas personas que, sobre todo cuando se cansan, impactan fuertemente con los talones en el suelo. Es cierto que las zapatillas deportivas están almohadilladas para paliar este problema, pero no deja de ser un "latigazo" para articulaciones y columna en cada zancada. Procurar repartir el peso del cuerpo por toda la planta del pie aliviará el impacto y nos protegerá de esguinces, tendinitis y lumbalgias.
- Es una afición: Corremos para disfrutar. Parece una obviedad, pero no hay más que participar en carreras populares para ver que algunas personas trasladan la competitividad y agresividad que viven en su vida cotidiana a su tiempo libre. Un punto de competencia es divertido, es un desafío; cuando te hace descalificar a quien te rodea o te genera frustración, mejor déjalo. Si correr (o el pádel, o Pilates, o el encaje de bolillos) no te hace pasarlo bien, no merece la pena.
Me gustaría conocer vuestros aportes. Buen día y buena semana
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