Hola, Víctor
En mi caso, las clases son de un máximo de 5 personas y me voy defendiendo, pero durante bastante tiempo di clases en gimnasios y me veía y me las deseaba, porque los grupos no eran estables, eran numerosos, y no podía desarrollar las sesiones adecuadamente. El caso que siempre comento es el de las señoras a las cuales el médico recomienda acudir a clases de Pilates porque tienen problemas articulares y que se inscriben en el gimnasio más cercano o más barato sin plantearse (o sin saber) que a lo mejor necesitan una atención personalizada.
Otro elemento que me llama la atención es la implementación del método Pilates en función de cada profesor/a. Suelo decir que la clase que imparte alguien que proviene del mundo del ballet no se parece a la que imparte alguien del mundo del fitness o alguien (como es mi caso) que proviene del yoga. Son visiones y objetivos diferentes a la hora de aplicar una técnica y esto, en ocasiones, resulta chocante a lxs alumnxs. A mí me llegó a decir una alumna en una ocasión "no tienes ni idea, esto no es Pilates" porque consideraba que insistía innecesariamente en corregir su posición. Según ella decía, el monitor con el que trabajaba anteriormente no daba tanta importancia a la posición y sí a otros factores.
"Gajes del oficio", se suele decir... Yo ahora mismo disfruto de poder trabajar en mis grupos pequeños, de la forma que considero más beneficiosa para mis alumnxs.
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