¿Cómo reaccionas respecto a lo que te sucede?
Tienes un trabajo importante que hacer, llegas a tu casa, y discutes con un familiar. Te llenas de furia y no quieres hacer nada, te vas a dormir, no haces el trabajo, te despiden.
¿De quién fue la culpa? ¿Tuya o de tu familiar?
Quieres bajar de peso y te propones comer sano y hacer ejercicios de forma constante. Por un motivo u otro rompes tu comida sana y dejas de hacer ejercicios de manera seguida. No logras tu objetivo, te rindes, y piensas que no podrás lograrlo.
¿De quién es la culpa? ¿De las excusas que tuviste cada vez que debías hacer lo correcto o de tu falta de voluntad y actitud para vencerlas?
Estás lleno de deudas, tu negocio ha quebrado, te declaras en bancarrota, vendes y dejas todo, y comienzas desde cero en un empleo. Ya no quieres volver a tener un negocio nuevamente.
¿Quién es el culpable de lo que sucedió? ¿El gobierno? ¿La situación de tu país? ¿La competencia? ¿O tú?
¿De quién es la culpa?
Desde pequeños, hemos adoptado la mala costumbre de vivir siendo víctimas.
Cada vez que algo nos pasa buscamos dirigir la responsabilidad de ello a otras personas, a otras circunstancias, a otras entidades.
Pensamos que la vida es algo que nos sucede.
¿Qué piensas de ello?
Puede que a veces sí, lo que otras personas hacen, lo que las circunstancias o entidades hicieron, de alguna forma u otra, nos haya afectado.
Pero no puedes depender de ello para vivir.
No puedes pasar tu vida echando la culpa a otros de lo que acontece en tu día a día.
Así, terminarás dependiendo de lo que los demás hagan o de lo que pase en sí, para determinar tu destino.
Terminarás viviendo manipulado por las circunstancias.
¿Eso quieres?
3 cosas que debes dejar de hacer
Las razones por las cuales tomas el papel de víctima es porque realizas una de las siguientes 3 cosas (por no decir las 3) cada vez que algo te sucede:
1. Culpar
Siempre piensas que es culpa de alguien más, no tuya. Pierdes tu tiempo y energía culpando a otros de lo que te pasa.
2. Justificarte
Buscas cualquier excusa para justificar lo que pasó, pero ninguna de estas te hace responsable.
3. Quejarte
Te quejas de todo, todo lo criticas, pero no haces nada al respecto.
Estos tres venenos hacen que tu vida vaya en declive, hacen que tu crecimiento esté siempre estancado, hacen que te preguntes ¿Por qué a mi?
Por ello, debes empezar a trabajar para eliminar estos malos hábitos de tu vida.
¿Qué hacer?
Para resolver este gran inconveniente, causado por un mal acondicionamiento desde pequeños, debemos empezar a cambiar nuestro pensamiento de “La vida es algo que me sucede” a “Yo creo mi vida”.
Debes volverte responsable de aquello que te pasa y hacer algo al respecto.
Trázate como meta dejar de culpar, justificarte y quejarte.
Cada vez que lo hagas, anótalo. Al final del día ve cuántas veces lo hiciste y por qué. Y piensa qué pudiste y puedes hacer al respecto para solucionar el problema haciéndote responsable de él. Cada día, encuentra la forma de disminuir ese número total hasta llevarlo al mínimo posible.
Así es como uno mejora, como uno crece, como uno empieza a ser
De ahora en adelante cada vez que tengas un problema, sin importar quién o qué lo haya causado, tú eres quien decide qué hacer al respecto y qué va a pasar después.
Esa es la forma como lograrás aquellas cosas que te propongas, como dejarás de ser una víctima, como tu futuro será forjado.
