Hola de nuevo.
Creo que Sócrates inventó la mayéutica, no el coaching! Pero me parece genial como reclamo comercial decir "soy coach, como Sócrates". Eso si, siempre partiendo de la honestidad de saber que hablamos de filosofía, lo cual nos lleva a otro campo, absolutamente más básico y más amplio, pero claramente fértil para la gestación de enfoques y escuelas de psicoterapia: la sabiduría. Gnosce te ipsum, conócete a ti mismo, decía el frontispicio del templo de Apolo en Delfos. En este sentido hace ya bastantes años que se empezó a popularizar e impulsar (no con mucho éxito desgraciadamente, pero desde luego si con una formación ya reglada, y en mi opinión más seria que el coaching) el asesoramiento filosófico como una vía de crecimiento y maduración personal diferente de los habituales (en aquellos tiempos) enfoques de psicoterapia. Sobre todo a raíz, no se si lo recordaréis, del popular aunque deficiente libro "Más Platón y menos prozac" de Marinoff, del que el español Luis Cencillo, uno de los más grandes psicólogos, psicoterapeutas y filósofos que ha dado el siglo XX hizo su propia versión, más seria, con el libro "Cómo Platón se vuelve terapeuta". El propio Cencillo tiene un gran pequeño librito sobre asesoramiento filosófico que te recomiendo Ana.
Para mi es imprescindible también que un coach (y por supuesto un psicólogo) hayan pasado por una (al menos) psicoterapia. Como dices, para vivir en su propio pellejo el otro lado, pero también para que se trabajen sus propios escotomas y puntos ciegos, y para no realizar un mal uso del poder que te da la posición de ayudador, facilitador, psicólogo o coach.
En el fondo, psicoterapia, coaching, asesoramiento filosófico, ...hablan sobre concepciones del arte de vivir, y como tales, en aquellos que las ejercen, suponen por supuesto también un estilo de vida.