Como siempre abordo este tema a pedido de mis pacientes y amigos, ya que la incidencia de este parásito en la población es muy grande. También es una situación poco comentada porque poseerlos puede dar un poco de vergüenza.
El ciclo de vida de este parásito se conoce hace mucho tiempo y supongo que por lo menos no hay pediatra que no lo conozca. Sin embargo su tratamiento que es muy simple se ve complicado por las re-infecciones habituales que se producen. Por lo que se recurre a anti-parasitarios que son tóxicos para los oxiuros, pero también para el ser humano. Y lo peor del caso es que esto no resuelve la situación, pues a menudo vuelven a producirse reinfecciones, dada la difusión de este parásito, lo que lleva a nuevos tratamientos anti-parasitarios.
El ciclo de reproducción de este parásito es así:
Se ingieren los huevos, o mucho más generalmente se introducen metiéndose los dedos en la nariz (muchas veces inconsciente y compulsivamente). Se desarrollan en el intestino hasta alcanzar un tamaño de unos pocos milímetros (esto dura aproximadamente 2 ó 3 días). Y luego para reproducirse salen a los bordes del ano donde lo irritan (picazón) y depositan sus huevos. Estos son recogidos por las manos, especialmente debajo de las uñas a causa del rascado a veces inconsciente y nocturno. Y luego de manera compulsiva (por lo que muchas veces las indicaciones del pediatra son desoídas) e inconsciente se introducen con los dedos por la nariz. Hay otras formas de infectarse, por supuesto con otras personas infectadas o por la fea costumbre de besar a los animales. O simplemente tocarlos y no lavarse las manos luego. De esto también hay mucha información como lavarse las manos antes de comer, cepillarse las uñas, etc.
Hasta acá esto es muy conocido para la Medicina Occidental. De lo que tiene poco conocimiento (y que es claramente explicado por la medicina Oriental) es porqué, el niño o el adulto sienten la compulsión inconsciente a meterse los dedos en la nariz.
Esto se entiende muy fácilmente observando el siguiente gráfico de cómo circula la energía en un pequeño sector der organismo, que es el meridiano de Intestino grueso. Que por supuesto transita por el intestino grueso y en un muy complejo recorrido que no relato para no abrumar al lector, sale a la superficie en la punta del dedo índice y termina en la nariz. Este es el sector que, vale recordar, se utiliza para estimular dicho meridiano mediante la punción de acupuntura.
Oxiuros - Meridiano del Intestino Grueso Es interesante saber que este meridiano según la Medicina Oriental tiene entre tantas otras, la función capital de regir la cabeza.
Cosa que también explica porque las personas con oxiuros, dificultades de evacuación u otras en este órgano, sufren de persistentes alteraciones en su psiquismo.
Es así entonces que el parásito al irritar los bordes del ano estimula la nariz produciendo el irresistible deseo de meterse los dedos en la misma.
Hemos comprendido entonces como se produce esta dolencia. Y sabiendo también que el ciclo de reproducción de este parásito es de dos días y que con interrumpirlo durante dos ciclos, se puede eliminar sin ninguna medicación. Se comprende que manteniendo durante ese lapso estrictas medidas de higiene, se elimina del organismo.
Esto no es óbice para que si toma contacto con una nueva fuente de infección (por ejemplo una mascota) y luego no se lava e higieniza las manos y uñas, y se introduce los dedos en la nariz, se vuelva a infectar.
Además de lo dicho, es menester tomar en cuenta que la criatura, durante la infección, sufre una intensa molestia no solo por la picazón, sino también por la irritación que esto produce en su psiquismo. Por lo que hay algunas medidas que a mi juicio solo una madre respetuosa de su hijo/a puede realizar. Primero, si tiene, utilizar la ducha del bidet hasta que incluso entre alguna agua al intestino grueso y luego evacuarla. Lavando luego cuidadosamente el ano con un jabón líquido (para no infectar el jabón).
Si esto no fuera suficiente, debe colocar la criatura sobre su falda e investigar los pliegues del ano, para mediante un hisopo cuidadosamente retirar el parásito. Luego de lo cual por supuesto repetir todas las medidas de higiene.
Y segundo, y éste es un tema álgido, pero es mi parecer que acá hay que tomar el toro por las astas y resolverlo.
Es lógico que el niño, o el adulto que viva en una ciudad quieran tener un perrito, pero no es admisible que al llevarlo a pasear, se le permita ir husmeando todas las materias fecales y orines que han dejado otras mascotas, y mucho menos aún que deje las suyas. Pues aún sea desparasitado regularmente, volverá a infectarse y a infectar a otros. Por eso, y debo decirlo aunque a algunos no les guste, la costumbre de llevar a los perros a hacer sus necesidades en la vía pública debe ser erradicada. Ya hay ordenanzas municipales para las heces (debería haberlas también para el orín, pues hay parques por los que no se puede transitar por el intenso olor del orín de los perros), pues Usted poseedor de una mascota no orina o defeca en la calle. Y lo mismo debería hacer su mascota. Y por supuesto no dejar que ella olisquee otros desechos, por el propio bien de las mascotas, ya que se infectan y se mueren por eso.
Había que decirlo, aunque a algunos no les guste, pero la ciudad, la vía pública, debe permanecer lo más limpia posible, en beneficio de todos, especialmente en el de los poseedores de mascotas.
Finalmente he tratado este simple tema de la medicina para ilustrar como con él se puede entender mucho mejor una dolencia si se aplican combinados los conocimientos de ambas medicinas. Cosa que muy pocas facultades de Occidente estudian. Lo mismo sucede con el enorme caudal de la medicina natural que no es estudiado en las Universidades. Los médicos alternativos que hemos estudiado previamente la medicina tradicional no apostatamos de ella sino que la respetamos totalmente. Son los médicos tradicionales, que salvan cientos de millones de vidas todos los días, los que a veces no valoran estas otras medicinas. En parte los comprendo porque dado que no hay una formación universitaria en ellas, cualquier persona se mete a decir cualquier cosa invocando a ambas y sin conocimientos científicos, ni estadísticos ni clínicos que la avalen.
Dr.Flint