La Blefaritis es la inflamación de los párpados y mas específicamente se refiere a la obstrucción de las glándulas que segregan substancias grasas y que se encuentran al lado de los folículos pilosos en el borde del párpado. Esta secreción normalmente ayuda a la lubricación del ojo y retrasa la evaporación de la secreción lagrimal.
Estas glándulas se obstruyen, produciéndose un estancamiento de los fluidos que hace proclive al ojo a que se produzcan infecciones de índole viral o bacteriana.
Si bien ésta puede ser una enfermedad benévola en un principio, puede derivar en otras mucho más graves, por lo que debe hacerse en estos casos es consultar al médico especialista u oftalmólogo para que supervise el tratamiento. El tratamiento para la oftalmología tradicional consiste en la continua limpieza de la zona con líquidos especiales, a veces champú para bebés y la aplicación de pomadas antivirales o eventuales antibióticos, puesto que al estar el ojo debilitado se hace pasible de engendrar infecciones bacterianas agregadas.
No está indicada la aplicación de cortisona u otros corticoides pues pueden bajar aún más las defensas y agravar la situación.
Y por supuesto de percatarse el médico especialista, a través de los exámenes correspondientes que la infección se está extendiendo a otras estructuras del ojo, deberá prescribir los tratamientos generales pertinentes.
En resumen queremos reiterar que no se trata de una inflamación banal que pueda ser tratada con remedios caseros o auto-medicada, sino que se hace necesaria la consulta al oftalmólogo.
Para la oftalmología tradicional esta enfermedad (que está muy ligada también a la conjuntivitis (es decir la inflamación de la conjuntiva o membrana que cubre el interior de los párpados y el frente del ojo, esclerótica, cornea), se contrae por contagio directo o indirecto a través de las manos, pañuelos, piletas de natación, sustancias tóxicas como la marihuana, objetos extraños dentro del ojo, etc.
Y generalmente cede en unos pocos días o semanas con el tratamiento adecuado.
Para la medicina natural la situación es bien distinta. Si bien intervienen los factores patógenos que menciona la oftalmología tradicional, estos a mi juicio son meros desencadenantes.
La causa principal es netamente alimentaria y se verifica ampliamente en la Clínica en la medida que el médico realice la anamnesis (interrogatorio) indispensable sobre la alimentación.
La causa de estas enfermedades es el abuso de azúcar, miel, dulces, golosinas, edulcorantes y productos diet, cereales refinados como harinas blancas, galletitas, pastas, arroz blanco, polenta 1 minuto, sémola y otras sustancias refinadas, como así también alimentos “fabricados”.
En ese sentido las tortas y golosinas tienen un rol muy especial, siendo esta la razón por la cual estas enfermedades tienen una incidencia mucho mayor en los niños, que suelen abusar de estas sustancias.
Hace 50 años atrás toda mujer sabía con claridad meridiana, por más bajo que fuera su nivel cultural, que no se podía darles golosinas a los chicos todos los días pues se enfermaban. Hoy lamentablemente “gracias” a la colosal maquinaria publicitaria ese conocimiento popular tan certero se ha perdido.
Y lamentablemente se ve cuán generalizado está darle dinero al niño para que se compre una golosina en el recreo.
O lo que es peor aún le dan al niño una o varias veces por día un postrecito de los tan publicitados por la tele.
O bajo la forma de un “mimo” le dan al niño un heladito después de cada comida, en una ignorancia supina del daño irreversible que le están haciendo al niño durante toda la vida. Tampoco comparto por mi experiencia que esta enfermedad curse en unas pocas semanas (aunque muchas veces así suceda, cuando la ingesta de las substancias antes mencionadas haya sido ocasional y no perdure en el tiempo). He visto demasiados pacientes, algunos de ellos que la han sufrido durante décadas, pasando de un oftalmólogo a otro y de una marca de gotita o pomadita a la otra.
Esta enfermedad se cura realizando las correcciones alimentarias, que deben acompañar al tratamiento implementado por el oftalmólogo, so pena de que sino este sea totalmente ineficaz.
Dr. Raul Flint
www.drflint.com.ar