Disculpa Olga, esto no me mandó aviso y ando terminando las prácticas universitarias.
Mi experiencia muy sencilla: conviví con los cursos de la LGE de Franco hasta que entró en vigor la LOGSE, y si no recuerdo mal, en mi cole tuvimos 1° y 2° de la ESO durante al menos un curso. La asignatura de religión se daba por sentado que la ibas a recibir, y tus padres tenían que solicitar expresamente que no fuera el caso. Por supuesto, estaba centrada en la variante del cristianismo que estilamos por España.
Los pocos niños que daban alternativa a religión eran los raros, aunque se los miraba con envidia porque ellos hacían otras cosas. A veces miraban películas, otras iban a la biblioteca, otras a jugar, y otras a los ordenadores. También hacían los deberes y les enseñaban técnicas de estudio.
Los profesores eran todos de la vieja guardia. Entró algo de sangre nueva cuando llegué a 4° de primaria. Aún así, los dos últimos cursos los daban los veteranos, con profesores exclusivos para cada asignatura. Hasta el último ciclo, el tutor se ocupaba de todas las materias excepto inglés, música, religión y educación física (si no recuerdo mal).
En los últimos dos cursos, la profesora de lengua hizo una escabechina con los alumnos pero nos fue útil, porque su nivel de exigencia nos preparó de sobra para toda la ESO que vino a continuación. En conocimiento del medio nos aprendimos la orografía de España con canciones (tal como se hacía antes). Y ahí fue cuando empecé a ver Los Simpsons en inglés.
Dentro de lo que cabe, mi colegio no es tanto como religioso al ser un centro público. Es diferente de llevar el nombre de un pedagogo vinculado a la religión, o eso creo yo.
Los concertados de mi ciudad sí que son religiosos, con asistencia a misa obligatoria y diezmos por cojones (con apercibimiento a los padres si rechazaban hacer el ingreso, literalmente). El nivel de exigencia y de calidad de la educación los desconozco, por no haber estado en esas aulas. Sí conozco sin embargo de la política de llevar uniforme y no poder salir del centro en los recreos (ni a comprarse algo en la panadería de la esquina) hasta los cursos de bachillerato.
Por lo demás, te aconsejo leer la saga de libros fantásticos de Myst. En el personaje principal y su abuela descubrirás cómo introducir a tu hijo en la formación de su propio criterio sin empujarle en ninguna dirección, tenga la edad que tenga.
Un abrazo familia.