Tu estómago se sentirá más cómodo si aumentas el consumo de proteínas vegetales, más sanas y con menos calorías. Por ejemplo:
Legumbres con cereales. Lentejas con arroz integral o alubias con maíz, son combinaciones que te aportan mucha fibra (para combatir el estreñimiento) y energía, además de saciar el hambre durante horas.
Semillas de soya. Al igual que la carne, contienen aminoácidos esenciales, pero con menos grasas y calorías. También te pueden ayudar los derivados de la soja (tofu, yogures, leche).
Levadura de cerveza y germen de trigo. Agrégalos a los cereales del desayuno, a las ensaladas o los yogures.
Lácteos con cereales. Descremados o de soya, son perfectos para un desayuno o una cena: pan integral con queso, yogur con muesli, leche con cereales.
Semillas de sésamo y girasol. Ideales para añadir a las ensaladas o comer entre horas. Aportan vitaminas y minerales, y el sésamo es rico en calcio (mézclalo con yogur o cereal).
Algas. Ricos en minerales y oligoelementos, te alimentan, aportan pocas calorías y tienen 14 veces más calcio que la leche.
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