Yo también estoy de acuerdo con esta aportación.Sólo añadir que de todas las personas que acuden a pedir ayuda a un terapeuta y, por tanto, han decidido que quieren sanarse, varía el nivel de sanación al que quieren llegar. Por supuesto, también hay el que acude al terapeuta con la misma actitud del que va al médico, esto es, sin asumir ninguna responsabilidad sobre su estado y sobre su curación y esperando que la curación le llegue a través de algo externo (la medicación), que va a hacer todo el trabajo.
Por supuesto, esto actitud no es válida; tal como tú dices, ningún terapeuta tiene el "poder" de sanar a nadie.Es el paciente el que decide iniciar y asumir su proceso de sanación y entonces sí, el terapeuta se convierte en un instrumento valioso de ayuda y ahí sí que creo que entra en juega su valía personal.Aunque es cierto que el terapeuta es un "facilitador", puede ser un facilitador mediocre, un buen facilitador o un estupendo facilitador...
Aclarado ésto y volviendo al primer párrafo, existen diferentes niveles de sanación: hay personas que quieren librarse específicamente de un síntoma muy concreto (puede ser físico o emocional) y una vez han conseguido éso abandonan la terapia inmediatamente.
Por el contrario, hay otras que lo que buscan es una sanación más completa a un nivel global, holístico, y continúan con la terapia después de haber solucionado los primeros síntomas más llamativos; para mí estos procesos se convierten en un auténtico camino de aprendizaje y crecimiento personal, en el que el paciente va tomando cada vez más las riendas de su vida de una manera completamiento consciente y lúcida.
A mí como terapeuta me gustaría que todos optaran por esta opción, pero no es así, y tal como tú comentas, nosotros tenemos que acomodarnos y respetar absolutamente el proceso que cada paciente elige seguir. Cada cual necesita su tiempo,y más de una vez vuelven pacientes que tras haber abandonado la terapia, han hecho su proceso durante un tiempo X, y sienten la necesidad de volver para seguir evolucionando.
Como siempre decimos en estos temas, cada persona es un mundo, y el terapeuta siempre debe tener una actitud de escucha, de repeto y de empatía absolutos.
Que no es fácil, no os parece?