Estamos acostumbrados a convivir con niveles "razonables" de ansiedad, insatisfacción, estrés, negatividad, tristeza y una larga lista de estados de ánimo que nos restan libertad y bienestar en nuestro día a día.
Desgraciadamente no nos educan para reconocer que todo este malestar nos daña la salud en el más amplio sentido de la palabra, y crecemos tomando como "normal" vivir contraídos por emociones que nos hacen enfermar en todos niveles.
La psicoterapia se dirige a ayudar a las personas que sufren un trastorno psicológico, así como al crecimiento personal ya la resolución de problemas. De hecho, la mayoría de las personas que inician un proceso psicoterapéutico lo hacen para recibir ayuda y orientación en situaciones vitales difíciles de resolver.
Pueden ser trastornos como depresión, ansiedad, fobias, anorexia, bulimia, adicciones, etc. En este caso los objetivos son obtener el control del síntoma y el aprendizaje de estrategias y habilidades que impidan su reaparición. O bien para disponer de recursos y hacer frente a cambios en el entorno familiar, laboral y personal, dificultades de comunicación, control de las emociones, etc. En este caso la terapia se orienta a ayudar a encontrar y desarrollar recursos, no sólo para el motivo de consulta, sino también para otras dificultades que se presenten en el futuro.
Ninguna etiqueta habla de una persona por lo que no me gusta utilizarlas. Hablarás de lo que te pasa y de cómo te afecta. De lo que piensas, lo que haces y de cómo todo te hace sentir.
La tarea de un profesional de la psicología es tan amplia como extenso es su campo de aplicación, como amplía es la diversidad de realidades que rodean a la persona.