La psicoterapia se dirige a ayudar a las personas que sufren un trastorno psicológico, así como, al crecimiento personal y a la resolución de problemas. De hecho, la mayoría de las personas que inician un proceso psicoterapéutico lo hacen para recibir ayuda y orientación en situaciones vitales difíciles de resolver.
Pueden ser trastornos como depresión, ansiedad, fobias, anorexia, bulimia, adicciones, etc. En este caso, los objetivos son obtener el control del síntoma y el aprendizaje de estrategias y habilidades que impidan su reaparición. O bien, para disponer de recursos y hacer frente a cambios en el entorno familiar, laboral y personal, dificultades de comunicación, control de las emociones, etc.
Entonces, la terapia se orienta a ayudar a encontrar y desarrollar recursos, no sólo para el motivo de consulta, sino también para otras dificultades que se presenten en el futuro.