En la vida, en ocasiones, las experiencias y circunstancias personales nos llevan a pasar por momentos de crisis, desorientación o incluso sufrimiento. Hay momentos en los que nos encontramos perdidos, como si no hubiera más opción que esperar a que pase el tiempo y todo lo que nos perturba desaparezca así sin más, pero al tomar esa postura no somos conscientes de que lo único que pasa, es la vida.
Quizás lo que te haya movido a buscar ayuda psicológica no sea un problema con nombre y apellido, quizás sea algo pequeño y sin importancia y por eso no creas que debas ir a un psicólogo. Sea lo que sea, te invito a que realices un pequeño experimento…
Cierra los ojos, respira profundamente y respóndete a esta pregunta: ¿Eres feliz?…
Si has cerrado los ojos, y has sentido tranquilidad y una voz en off te ha gritado un “Por Supuesto”, recibe mis más sinceras felicitaciones.
Si por el contrario, al cerrar los ojos, te ha entrado una sensación de vértigo, de angustia o de tristeza. Estás en la dirección correcta.
La terapia psicológica puede ayudarte a conseguir aquello que te propongas.
Ya has llegado hasta aquí, no te detengas, es el momento de coger aire y dar el siguiente paso. Adelante…