La palabra Terapia tiene su origen griego en la palabra ‘therapeia’ que quiere decir cuidado. Además, está muy relacionada con la palabra tratamiento, la cual hace referencia a una forma de tratar, de comunicarse y de relacionarse con el otro.
Asimismo, el "Terapeuta" (originalmente "therapeutés") alude al “servidor”: aquel que cuida y que está atento (awareness). La terapia, y con ello el terapeuta, se refieren entonces a una forma de ser y de relacionarse con otro para asistirlo.
El abordaje terapéutico que facilito se centra principalmente en un modo de ser en relación que se basa en la confianza y el respeto al poder intrínseco y personal de cada individuo para construirse en toda su potencialidad, de manera libre y responsable.
Es esta confianza en el ser humano la que disuelve cualquier necesidad o deseo en el terapeuta por transformar o dirigir a los pacientes en aquellas direcciones que validen o legitimen la idea o categorías profesionales de salud. De manera que lo terapéutico o saludable no viene siendo una imagen a la que hay que hacer encajar a cada persona mediante el empleo de las técnicas y conocimientos que domina el terapeuta.
Más bien, es la mayor libertad y responsabilidad con la que la persona se vive a sí misma en coexistencia con el resto del mundo, lo que sugiere un mayor grado de bienestar y crecimiento en el ser humano. Es la experiencia legítima de vivir la unidad que existe y que es cada uno, o en otras palabras: es la experiencia de ser más uno mismo en relación con otros, el mayor indicador de crecimiento.
“El hombre que puede vivir en un contacto significativo con su sociedad, sin ser tragado completamente por ella y sin retirarse completamente de ella, es el hombre bien integrado”
(F. Perls, 1976)
La forma particular que tiene el terapeuta de relacionarse desde esta confianza en el ser humano, y por ende, desde lo que él mismo es como persona, es lo que facilita el crecimiento del cliente en aquellas direcciones que son significativas para sí mismo, es decir, teniéndose a sí mismo como punto de referencia.
"No es que este enfoque dé poder a la persona; es que nunca se lo quita"
(Rogers, 1977)
Más que de técnicas, me gusta hablar de una filosofía de vida y de un modo de ser en relación que se empapa de: