Me han preguntado muchas veces: ¿siempre supiste que ibas a estudiar Psicología? Y no puedo evitar sonreírme cada vez que me la hacen ya que, como muchos que tienen que elegir la profesión que se supone que vas a ejercer durante toda tu vida en una edad en la que lo que te suele preocupar es estar con tus amigos, sentirte querido y comprendido y descubrir lo que es el amor, elegí mi carrera con un «pito pito gorgorito».Casualmente, un amigo de mis padres, que era psicólogo, vino a visitarnos un par de meses antes de la elección de carreta y, como me sentía tan perdida y tan incapaz de elegir algo tan importante en esos momentos, con una charla sobre la profesión me bastó para convencerme.
Pero sí que tengo que reconoceros que, en cuanto entré a estudiarla, supe que era la mejor decisión que había tomado. Terminé el grado, luego fue un máster, después otro, luego un experto, después un curso y, así sigo, en constante aprendizaje porque no hay nada que me apasione más que seguir aprendiendo y poder dotaros como pacientes de las herramientas y recursos que más puedan adaptarse a vosotros. Por lo tanto, mis intervención consisten en una atención exclusiva y única.
Si buscas una corriente psicológica en concreto para recibir la intervención, siento mucho decirte que no soy la psicóloga que buscas ya que mi objetivo es aprender de ellas y ponerlas en práctica según las situaciones y experiencias que estés viviendo.