Consejos para reforzar nuestro sistema inmunitario
El sistema inmunológico está constituido por una red de células y órganos, entre ellos varios tipos de góbulos blancos o células inmunes que a través de nuestro torrente sanguíneo y tejidos, se hallan dispuestos a responder en caso necesario contra agentes patógenos como bacterias, hongos, parásitos y virus o contra células del propio cuerpo.
A los órganos que forman parte del sistema inmunológico se les llama órganos linfoides. Este ejército de células del sistema inmune ejecuta una de las más impresionantes estrategias biológicas de naturaleza defensiva, al jugar un papel fundamental en el mantenimiento de la salud.
Muchos factores contribuyen al desbalance inmunológico, entre ellos: Estrés, falta de descanso, consumo excesivo de azúcares, falta de ejercicio físico, tabaco, y consumo excesivo de alcohol.
A continuación te vamos a proponer 5 cambios en nuestro estilo de vida que harán que nuestro sistema inmunitario se vea reforzado para poder mantenerlo saludable:
- Sigue una dieta variada, basada en alimentos frescos y ricos en vitaminas A, B, C y E y minerales.
- Ingiere la cantidad diaria suficiente de agua para mantenerte correctamente hidratado. La prueba: Revisa el color de tu orina la primera vez que vas al baño en el día. ¿Amarillo oscuro? Necesitas más agua.
- Recurre a los baños de temperatura alterna (fría, caliente) que estimulan la circulación sanguínea y linfática y fortalecen el organismo.
- Emplea, si es necesario, plantas medicinales que ayudan a reforzar la inmunidad (acedera, ajo, bardana, equinácea, escaramujo, hojas de grosellero negro, tomillo, trébol rojo, etc.).
- Duerme el suficiente número de horas para favorecer el correcto funcionamiento de nuestro sistema de defensas.
- Realiza de forma regular actividad física de intensidad moderada (caminar a paso ligero, nadar, bicicleta, etc.).
- Aprende a llevar un ritmo de vida más relajado y a evitar el estrés, uno de los principales enemigos de nuestro sistema inmune y destructor de vitaminas.
- Cuando la dieta no es equilibrada, cabe la posibilidad de recurrir a complementos dietéticos, siempre bajo la prescripción de un profesional, teniendo en cuenta que al mismo tiempo se deben mejorar progresivamente los hábitos alimentarios.