Profundizando en el concepto de karma / tendencia, parte 5 de 5
Continuo profundizando en el concepto de Karma / Tendencia. Puedes ver los enlaces a los artículos anteriores al final de este artículo.
El escenario es una escuela, el lugar donde se desarrolla la escena y el programa de estudios. El programa son las tendencias.
Apuntamos una de las tendencias de mayor peso, ya mencionada: la limitación y la necesidad.
¡El Ser no sabe qué es la necesidad ya que es omnipotente! Por sucesivas experiencias toma esa conciencia, mezclando en un tubo de ensayo situaciones y experiencias finitas, que empiezan y acaban, cuando para el Ser nada acaba, aunque si es verdad que un día empezó (sempiterno).
Ya puestos donde nos toca ahora, aquí en la tierra, observemos cómo todos los humanos, aunque perteneciesen a vibraciones que ya no necesitaban humanidad, aprendieron a hablar en todas sus encarnaciones, incluso a controlar sus esfínteres, todo de nuevo... Es la noción de lo limitado. Si no vienes a vivirlo, simplemente quedas en evolución pura.
Debe quedar claro que el cumplimiento del programa de estudios equivale a lo que hemos venido llamando iluminación, Satori, Nirvana...y no debemos olvidar que programas los hay infinitos y que, aunque hay mucho en común en ellos, no todo lo es. No estamos capacitados para evaluar el estado de realización de un ser humano. Quizás solamente tenemos el índice de su felicidad.
Bien, pues siguiendo el modelo, y llevando a cabo una clasificación grosera pero necesaria para la comprensión con nuestra mente, vamos a simplificar mucho y entre grandes niveles evolutivos, la vida humana en la tierra:
Centrándonos en la vida humana, imaginemos un Ser que empieza el ensayo. Sin duda, su programa es multicolor, y entraña sensaciones y vivencias de todo tipo. Sin embargo al empezar (primeras vidas) entendí que hay un motivo vital (Life Motive) ,añadido al principal que ya hemos indicado, y a finas capas evolutivas multicolor que hemos mencionado: El conocimiento y experiencia del escenario en sí. Así, esta proyección, puede ser un erudito en física o un humilde labrador, sabio en su habilidad con la tierra, un coleccionista, químico, constructor...su tendencia va a ser vincularse y conocer el territorio donde vive, su naturaleza, uso... Y, claro, se relacionará con otras personas, vivirá el amor y el Amor, pero el motivo de fondo y la tendencia va a ser esa.
Si logra ese objetivo, sentirá mucha felicidad, fruto de la tendencia universal a reconocer el desarrollo de las tendencias de vida. Aquello que le aparte del objetivo o Life Motive, será sentido como negativo y puede provocar sufrimiento. Su iluminación reside en lograr los objetivos experimentales propuestos.
Aún recuerdo un encuentro con alumnos, en el que a un noble muchacho que explicaba sus pretensiones materiales, se le lanzaban mensajes de desaprobación. Todos suponían un programa para él, partiendo del propio, y, lógicamente, su percepción estaba sesgada. Ignoraban el programa que con tanta ilusión explicaba el chico.
Pasada esta etapa, la atención se centra más bien en los actores del escenario. Esto supone vivir y fomentar todo el mundo de las relaciones animales y humanas. Son las vidas de los grandes amores entre personas, la tendencia a buscar la relación, el amor humano, la amistad, el éxito social, el grupo humano, incluso investigar sobre ello u orientarse a su sanación. Todo esto sin olvidar las finas capas evolutivas multicolores que hemos mencionado.
Podemos reflexionar aquí, que es muy posible que el poder material, el conocimiento material, no solo no sea motivo de vida, sino que en las tendencias externas quede limitado. Al menos ocurrirá con mayor frecuencia que en las etapas evolutivas anteriores. Es una negación o limitación que nada tiene que ver con una condena, sino con un programa tendencioso que el propio Ser organiza.
Por último, y siguiendo esta grosera clasificación, progresivamente, el ser humano en sus últimas vidas en este plano (a no ser que decida repetir claro) , una vez conocidos el escenario y actores del mismo, se interesa por el director de escena...por lo que mueve el programa, la propia energía original, y el Ser. Claro, no es tan sencillo como en las anteriores vidas. Los focos del escenario (la limitación de la mente) ocultan la percepción del director. Está sentado en el patio de butacas, pero no es fácil percibirlo.
La realización de estos distintos niveles, consisten en vaciar la percepción ordinaria, vaciar el yo de sus ensimismamientos, deseos y objetivos de otro tiempo, incluso el propio deseo de ver al director, para dejar que experimente desde lo limitado a lo ilimitado, esta Energía y el Ser que se ha proyectado. Esto supone la caída del velo, tomar conciencia de la ilusión del escenario, del montaje teatral que se ha hecho necesario para el experimento, y comprender que no ha habido roles "buenos" o "malos" si no necesarios, tendenciosos, organizados en una maravillosa combinación. El patrón base en este Universo desde el que ahora hablamos, es el Amor, la vibración que sostiene las partículas vibrando como las conocemos, cuestión que ya Empédocles sintió, y la única solución para cumplir cualquiera de los programas. Tanto es así, que si el conocedor del escenario no desempeña este conocimiento con amor, no podrá alcanzar la meta. Conocer o experimentar desde el desamor, por obligación, te alejan de integrarte con la tendencia positiva.
Así pues, se desprende, intentando un extracto que un karma es una tendencia o condición, subsidiaria de un programa evolutivo de gran alcance, que combinado con el resto de condiciones externas e internas de un individuo, ocurre en un escenario y actores determinados, que ensayan de igual modo y forman parte del juego desempañando sus propias tendencias, increíblemente enlazados en una impensable constelación, destinado a vivir una experiencia limitada sobre la que aprende un Ser ilimitado.
Nota: Puedes consultar los capítulos anteriores en los siguientes enlaces parte 1, parte 2, parte 3, y parte 4.