Acercándonos al subconsciente, parte 2
En el anterior artículo, que enlazo al final de este texto, introduje el concepto de subconsciente y decíamos que "parte de la importancia del inconsciente reside, como he dicho, en que es la energía original del Ki psíquico y, atención a este dato: Almacena toda la experiencia “desde el inicio”.
Cuando un aprendizaje se incorpora como automatismo, decimos que pasa a ser dominado por el inconsciente. Aunque debemos diferenciar que, en este caso, siempre podemos acceder a ese conocimiento, mientras que las experiencias que no son aprendizajes, no siempre son accesibles pues cuando el consciente crece, la norma también lo hace, y no permite contenidos, ideas, deseos, que no son aceptables por la norma."
La norma consciente e inconsciente
Siguiendo con otros rasgos, hablaré de la norma: El inconsciente no sabe diferenciar lo que está o no está bien. Es todo deseo, energía, miedo, instinto. Quien pone la línea de censura es el consciente. Y sin embargo, ahora sabemos que, en un área separada, parte de las normas acaban siendo también inconscientes. Para nombrar a la norma consciente e inconsciente, Freud habló del "Superyó".
Quién manda: En realidad manda el YO, que es todo consciente, aunque está estrechamente conectado con el inconsciente. Ahora ya sabemos que además el conjunto convive con la parte inconsciente del Superyó.
Pues bien, lo que ocurre es que la conducta y el pensamiento es el resultado de resolver el conflicto entre la norma y el deseo/miedo/historia anterior de la persona.
El conflicto lo resuelve el Yo que determina, pero todo el trabajo personal a nivel mental consiste en fortalecer al Yo a través del conocimiento del inconsciente y una toma de decisiones en base a disminuir la fuerza inconsciente...o, como empezaremos a aprender en el curso que imparto, a usarlo en nuestro beneficio de modo consciente.
Cómo influyen en lo "no consciente" lo que pensamos y decimos
Evaluemos ahora cómo influyen en lo “no consciente” lo que pensamos y enunciamos y viceversa: como hemos indicado, el ser humano nace con la energía psíquica completamente situada en el Ello inconsciente.
Sabemos ahora que hay universales que, en base a la repetición filogenética, se han impreso en lo genético, como los lingüísticos o ciertos miedos o deseos universales. En el mundo espiritual podemos decir que hay karmas universales que se repiten en cada vida, aunque ciertamente en menor o mayor grado. Todos nacemos con un grado menor o mayor de envidia constitucional (genética), lo mismo que con agresividad, capacidad de amar, miedo a morir, instinto de conservación, deseo de lo benéfico alrededor, etc.
También hemos comentado que una parte de la norma (Superyó) queda en el inconsciente, así como otras experiencias de la vida. De modo que lo que piensan sobre mi, y lo que me comunican, y también el trato recibido, acaban asimilándose a nivel inconsciente, además de poder recordar gran parte de ellas en mi Yo consciente.
Como puede concluirse, va a haber conflicto, por ejemplo, entre el deseo y la norma, entre el instinto de supervivencia y las conductas que me dañan o rebajan mi persona.
De entrada, más allá del efecto concreto, es decir, más allá de lo que quede impreso en mí, se generará ansiedad. Dicha ansiedad es el fruto del choque, del conflicto. Hay lucha entre lo deseado y lo permitido. Y así ocurre en el nivel inconsciente y también en el consciente esa sensación de disgusto, incomodidad o, más grave, enfermedad o trastorno motivada por no haber resuelto el conflicto.
Y, como por todos es sabido, si el conflicto se resuelve con la aceptación de normas y conductas externas desfavorables, la influencia en nuestra vida, pensamientos, actitud, conducta, tendrá el mismo color. Esto ocurre principalmente en la etapa infantil. Y no porque se es niño, sino porque no hay suficientes recursos conscientes. De hecho, no los hay. Al principio todo es deseo, miedo, libido. Los recursos se adquieren al mismo tiempo que las limitaciones que se imponen. En un ambiente saludable el individuo adquiere ambas influencias: los nuevos recursos, la estima, y la norma, las creencias desfavorables.
Este principio, es decir, disminuir los recursos que permiten filtrar las influencias, será la base para poder aprovechar la fuerza que tiene el inconsciente. Y su fuerza es, particularmente, que no conoce el cansancio, que actúa siempre, y que está conexo con la energía original del Ki, ya que así nació.
La importancia de la educación desde el amor
Podemos observar a partir de esta idea, la importancia que tiene la educación desde el amor, la salud y la firmeza del niño, sin dejar de lado que la persona acude al mundo con sus propias tendencias, que se encuentran impresas inicialmente en el inconsciente.
Y concluir, por lo tanto, que los padres o bien, las primeras figuras de autoridad y de convivencia son absolutamente relevantes. La norma y el superyó se formarán sobre esa base. Las relaciones posteriores con la autoridad tienen mucho que ver con estas experiencias tempranas.
Artículo relacionado: Acercándonos al Subconsciente, parte 1.