Descifrando el código del miedo
El miedo es una emoción de las llamadas primarias, que aflora cuando nos enfrentamos a estímulos (situaciones, personas, objetos o pensamientos) los cuales implican un peligro o amenaza a nuestra supervivencia. Es necesaria porque si no la experimentásemos no podríamos vivir mucho tiempo... ¡Imagínate sin miedo cruzando una calle! Lo que no es saludable es cuando se manifiesta de forma desadaptativa, por ejemplo en las fobias.
Dicha emoción posee dos componentes, el físico que se expresa con activación del riego sanguíneo que se dirige a los músculos esqueléticos, fundamentalmente a los de las extremidades inferiores (facilitando así la huida) sudoración, temblores, sequedad de boca o aumento de la presión arterial. Se eleva también la frecuencia cardíaca y respiratoria. El componente psicológico hace referencia a que, el cerebro decide qué situaciones son peligrosas y se basa para ello en situaciones experimentadas en un pasado.
Como todas las emociones posee una función adaptativa, que en este caso es la de protegerse, preparando a la persona para huir, quedarse paralizada o atacar. (Buena muestra de ello la tenemos en los animales, que cuando sienten miedo llevan a cabo cualquiera de las mencionadas).
Emociones y miedo
Según la intensidad vivida se pueden diferenciar de menor a mayor grado de activación:
- Aprensión (nivel bajo)
- miedo (nivel medio)
- terror (nivel alto)
Las díadas primarias que dan lugar a una emoción secundaría, por lo tanto compuesta, son:
- El miedo más la confianza da lugar a la sumisión.
- El miedo más la sorpresa conlleva sobrecogimiento.
La emoción contraria al miedo es el enfado y teniendo en cuenta que las opuestas no se pueden manifestar a la vez, si sientes enojo, no puedes sentir miedo y viceversa.
Cómo gestionar el miedo
Para poder manejarlo, lo primero es darte cuenta de que lo estás sintiendo.
Seguidamente aceptas, es decir, no luches contra él, no lo analices (si la mente interviene entras en un bucle difícil de salir) no lo reprimas ni huyas de él.
El último paso es poner atención, cuando enfocas tu mente en todo lo que estás sintiendo, acompañándola de tres respiraciones profundas y lentas, la activación disminuye y desaparece.
Para poseer una buena inteligencia emocional has de conocer todas tus emociones y eso te llevará a poder manejarlas y conocerte mejor.
Si quieres "profundizar" más en tu autoconocimiento puedes hacerte preguntas cuando surja la emoción como por ejemplo, ¿Por qué me siento así? La respuesta a esta cuestión te puede dar muchísimas pistas ¿Qué me produce miedo? ¿Esta reacción tiene algo positivo para mi? ¿Hay una amenaza real o es una reacción de mi mente?
Hemos dicho en artículos anteriores que son un GPS fantástico! Por lo tanto, muy válido para darte cuenta de que es lo que "no funciona bien" en tu interior, y te conlleva sufrimiento.
Normalmente el miedo se produce por condicionamiento, una experiencia pasada ha creado una huella en ti, la cual, cuando aparece un estímulo similar al de origen desencadena la reproducción de nuevo una y otra vez. Cuando "ROMPES" esos condicionamientos es cuando te liberas por completo.
¡Hasta la próxima :-) !